Tendencias del 2024

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Inciertos y complejos los entornos económicos nacional y geopolítico, se trata de la evolución de la política monetaria, el alcance real del nearshoring y los saltos tecnológicos, la desglobalización y los procesos electorales en USA, México y otros países, y la transición a las energías limpias… Mirando más allá del 2024.

Tendencias del 2024

El comportamiento de la economía en el 2024 va a estar influido por factores económicos y políticos que tienen un carácter incierto.

Se trata de la evolución de la política monetaria tanto en México como en Estados Unidos; el impacto que puedan tener en las inversiones los procesos electorales en ambas naciones; el alcance efectivo del nearshoring en México; las consecuencias del ambiente geopolítico que exista en 2024 en el mundo, y los impactos de los saltos tecnológicos que se están presentando hoy.

El factor más importante que se ve a nivel mundial es el entorno geopolítico sumamente complejo, en el que el proceso de desglobalización puede dar lugar a nuevos conflictos que generen disrupciones en los mercados, desde las elecciones en Estados Unidos, México y varios países más en todo 2024. Cabe recordar que la mitad de los habitantes en el mundo acudirán a las urnas.

La expectativa es que las tasas de interés bajen tanto en México como en Estados Unidos. Quizás antes en nuestro país que en nuestro vecino. Pero no hay certeza de cuándo vaya a suceder. La reciente minuta de Banxico comenta que, sin embargo, existe la posibilidad, persiste el nerviosismo dado el alto volumen de dinero que se entregará por vía de programas sociales junto con la llegada de remesas. 

La expectativa, además, es que desciendan lentamente, pero eso dependerá del ritmo al que baje la inflación, lo que hoy es todavía una interrogante.

El resultado de una elección es incierto tanto en México como en Estados Unidos, sobre todo si hay condiciones razonables de competencia.

En el caso de México no me refiero solo a la elección presidencial, en la que la candidata de Morena, Claudia Sheinbaum, parece tener amplia ventaja, sino al tema más incierto de la composición de las dos cámaras del Congreso, que puede influir fuertemente en los escenarios de mediano plazo y traer incertidumbre en este mismo año.

En Estados Unidos apenas van a entrar a la etapa más compleja. Trump seguramente ganará las primarias del Partido Republicano, pero los procesos legales en su contra pueden traer una situación inédita en la elección de noviembre, con un candidato que podría ganar estando bajo proceso, lo que también podría traducirse en incertidumbre.

Es un hecho que el nearshoring no se ha expresado en los flujos de inversión extranjera directa registrada. Pero podría ser que sí se estuviera expresando en el crecimiento extraordinario de la inversión fija bruta, que en los primeros nueve meses del 2023 creció a un ritmo de 19.8 por ciento.

Si las inversiones asociadas al nearshoring se concretan de manera creciente en este año, veremos seguramente un muy buen desempeño de la inversión de nueva cuenta y quizás un crecimiento económico superior al previsto.

El 2024 será un año de retos propios en función del país y comunes desde el punto de vista geopolítico. Por países, Alemania deberá hacer frente a un crecimiento débil, mientras que Italia, Francia, España y EE.UU. deberían afrontar planes de consolidación fiscal creíbles. China tendrá que enfrentarse a la continuada crisis de los sectores inmobiliario y financiero y una ralentización de las tasas de crecimiento económico. Brasil debería también ejercer un mayor control de sus cuentas públicas y en México el resultado de las elecciones del próximo mes de junio determinará también el devenir del país. Desde el punto de vista geopolítico, las elecciones en Taiwán en enero, en EEUU en noviembre o un recrudecimiento de las tensiones en Ucrania o Gaza podrían generar reverberaciones a nivel global con un impacto económico difícil de prever.

Apenas hace poco más de un año se popularizó la aplicación de la empresa Open AI, Chat-GPT y los desarrollos basados en la inteligencia artificial generativa han proliferado. No sabemos qué alcance vayan a tener y tampoco la rapidez con la que habrá de difundirse. Pero lo que sí se puede anticipar es que cambiarán la forma en que nos relacionamos, así como el modo en el que trabajamos.

Mirando más allá de 2024, la convergencia de tecnologías como la inteligencia artificial, la realidad aumentada y la biotecnología podrían tener un impacto aún más profundo.

La integración de estas tecnologías va a revolucionar la forma en que interactuamos con el mundo, mejorando la eficiencia, la salud y la calidad de vida de las personas. Del año 2024 al 2030, seremos testigos de una ola continua de grandes avances tecnológicos, que transformarán la realidad tal y como hoy la conocemos.

Otra vertiente son las energías limpias. El abaratamiento de la generación de energía renovable quizás acelere la transición y cambie las ecuaciones del poder a nivel global, pero tampoco está claro el plazo en el que esto habrá de ocurrir.

La economía que tendremos al final del 2024 va a depender de la convergencia de todos estos factores, por lo que, pretender hacer pronósticos precisos en un mundo tan incierto como el que hoy tenemos peca de arrogancia e inutilidad. Por lo pronto, a nosotros nos toca hacer nuestra tarea mediante elevar la productividad para generar una mejor calidad de vida.

 

AT

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