Morelos se tiñe de sangre y Cuauhtémoc sigue triunfando en el Azteca

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En Tercera Persona

Fueron por unos hombres que bebían en una calle de la colonia Altavista, la madrugada del lunes 20 de noviembre, en Cuernavaca, Morelos.
Los agresores iban a bordo de dos camionetas y una motocicleta.
Mataron a tiros a dos personas e intentaron llevarse a otra, que se les escapó.
Se presume que habían llegado de fuera, porque todo indica que no conocían las calles de la ciudad. Iniciaron una fuga azarosa que se extendió a lo largo de varias colonias, mientras elementos de la Secretaría de Protección y Auxilio Ciudadano, Seprac, los perseguían.
En uno de los puntos de la persecución, que extendió por las colonias San Antón, Carolina, Chulavista y Bellavista, entre otros, los sicarios abrieron fuego sobre los policías: dos de estos, Francisco Calderón y Juan Carlos Salgado perdieron la vida, cuatro más resultaron heridos.
Se trató de una acción de no más de 20 minutos en la que los agentes de Seprac que llegaron como refuerzo abatieron a cinco hombres que se movían en una de las camionetas y llevaban armas largas, armas cortas, chalecos tácticos y radio comunicadores.
El alcalde José Luis Urióstegui Salgado, que se ha negado a sumarse al Mando Coordinado, reveló que no recibieron refuerzos de la Comisión Estatal de Seguridad, a cargo del gobierno de Cuauhtémoc Blanco, y que cuando efectivos de la zona militar llegaron al lugar, ya todo había terminado.
“No hubo apoyo de otra corporación y cuando (los militares llegaron) ya únicamente buscaban resguardar o apoyar”, afirmó el alcalde.
Tres de los muertos de la colonia Carolina carecían de identificación. Los otros dos eran oriundos, uno de Cuernavaca y el otro de Iguala.
Una de las camionetas aseguradas tenía placas del Estado de México, lo que abrió una línea de investigación que apunta también a la Familia Michoacana.
Se cree que se trató de un ajuste en el que tomó parte el grupo criminal conocido como Los Mayas.
De inmediato se difundió una carta, supuestamente escrita por policías municipales, que pedían la dimisión de la secretaria de Protección y Auxilio Ciudadano, Alicia Vázquez Luna, por “mandar a los agentes sin armas a las calles”.
El alcalde la sostuvo en el cargo y afirmó que no había pruebas de que la carta fuera auténtica. Ha admitido, sin embargo, que agentes que no han aprobado los controles de confianza salen a la calle sin armas.
Esa noche, el gobernador del estado, Cuauhtémoc Blanco, había viajado a la Ciudad de México a participar en un partido de futbol de exhibición en el que saltaron a la cancha varias leyendas del balompié y en el que, según la prensa, el examericanista “se robó la noche”.
Mientras el gobernador triunfaba en el Coloso de Santa Úrsula ocurrieron tres enfrentamientos más en el estado de Morelos: uno en Xochitepec, otro en Cuautla, el último en Jiutepec.
El resultado de la agresión y la persecución ocurrida en Cuernavaca fue de nueve muertos en 20 minutos y un alud de videos tomados por vecinos en donde las balas tronaban en la oscuridad y en donde los agentes intentaban desesperadamente auxiliar a sus compañeros caídos.
Más de 25 muertos se contabilizaron en Morelos durante el fin de semana. Tres nuevos feminicidios se reportaron en 72 horas.
La noche anterior a la balacera el cadáver de una mujer fue encontrado envuelto en una bolsa de plástico en el poblado de Santa María Ahuacatitlán. Un día después del enfrentamiento que dejó nueve muertos varias primarias de Morelos aparecieron tapizadas de narcomantas que denunciaban un supuesto apoyo de la Guardia Nacional a la Familia Michoacana y estaban firmadas por Guerreros y Morelos Unidos.
El Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal ha ubicado a Cuernavaca entre las 15 ciudades más peligrosas del mundo. Amplias zonas de la zona metropolitana y el oriente de Morelos se hallan bajo el control absoluto del crimen organizado.
Cuauhtémoc Blanco, mientras tanto, sigue triunfando en el Azteca.

 

AT