Sobre la (nueva) campaña de manipulación mediática en torno a las vacunas

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A finales del año 2020 los principales intereses económicos del país desataron una nueva campaña de manipulación mediática, esta consistió en golpear los esfuerzos que el gobierno de la cuarta transformación está realizando para conseguir los diferentes tipos de vacunas que actualmente existen contra la COVID-19

La matriz de opinión que buscaron imponer en la discusión pública se desarrolló en varias líneas, que, aunque contradictorias entre sí no eran antinómicas en su objetivo. 

Por un lado, pintar al Gobierno Federal como un ente burocrático sin capacidad para conseguir las vacunas, basando en la vieja idea del neoliberalismo que el Estado es incapaz de resolver los grandes problemas sociales.

A contrapelo de lo que la realidad está expresando, sin la intervención de los Estados esta crisis sanitaria no hubiera podido enfrentarse con la velocidad con la que actualmente parece estar consiguiendo resultados favorables. 

Por otro, alentar en la población la idea de que las vacunas serían parte de una conjura política para su control social, esto quiere decir, que el presidente López Obrador habría ideado un plan perverso para controlar a la población a través de la vacuna y que esto deviniera en el control de votos a cambio de la cura contra el coronavirus. 

Esta idea que se suma a ciertos sectores que aún creen que el COVID-19 es un invento para el control de mundo, es explotada en México para atacar el discurso progresista, ya que no habría forma, según el canon neoliberal, de que la sociedad siguiera apoyando electoralmente al movimiento social de la cuarta transformación.

Desde aquí se alimenta a la ultraderecha y abona en el crecimiento de pequeños de grupos fanatizados. 

Otra de las ideas que fueron creciendo en la opinión pública a través de sendos analistas políticos, que, al margen de toda realidad para fines prácticos, acusaban a la Presidencia de la República en obstaculizar a la iniciativa privada para que ella pudiera conseguir vacunas y así acelerar el proceso de recuperación económica. 

Tuvo que salir a desmentir, y a revirarles el propio presidente López Obrador, de que estaban garantizados los derechos de aquellos empresarios que quisieran realizar gestiones para conseguir vacunas.

A la par los gobernadores separatistas, que, al margen de la Constitución, han decidido establecer una Alianza Federalista, lanzaron mensajes de que ellos conseguirían la vacuna y que el Gobierno Federal los estaba bloqueando para tales efectos.

Todo este discurso deformando la realidad, forma parte para efectos prácticos de la campaña electoral de este año que se ha lanzado desde la oposición a través de la plataforma Sí por México, el nuevo Pacto por México versión 2021. 

La derecha mexicana, en su desesperación, ha abonado en la construcción global de una especie de nueva guerra fría por el control y distribución de la vacuna. En donde está claro que la capacidad productiva de las farmacéuticas no da el ancho para complacer a través del instrumento favorito de los neoliberales, el mercado, el abastecimiento global para lograr la inmunización mundial.

Lo peor fue la respuesta del Consejo Coordinador Empresarial al mensaje del presidente, y es que para la cúpula empresarial acostumbrada a manejar los negocios al amparo del poder público le solicitó facilidades al gobierno mexicano para poder acceder a las negociaciones que el propio Estado mexicano ya había establecido con anterioridad.

Esto quiere decir, que querían acceder a las vacunas no en el mercado sino las que ya tenía comprometida el Gobierno Federal para su campaña de vacunación nacional. En otras palabras, adelantarse en la fila para poder vacunar a su personal y empezar a, presuntamente este discurso, reactivar la economía. 

Ni siquiera, era ir al mercado mundial y luchar contra otros conglomerados económicos, mucho más poderosos por entrar en la solicitud, sino arrebatar las vacunas que ya había negociado la Secretaria de Salud y la Secretaria de Relaciones Exteriores.

La apuesta fue de tal magnitud que la mayor parte de los medios de comunicación hicieron eco a una tremenda manipulación, en el fondo del asunto el problema no era acceder a nuevas vacunas, sino el reparto de las que ya se habían conseguido. 

Como no se les aceptó el chantaje, y hubo este revire que habíamos comentado con anterioridad, ahora la campaña que se ha desatado es producir una psicosis por los resultados de la segunda ola de la pandemia.

Era evidente, desde los términos epidemiológicos, que la segunda y más aún la tercera ola serán mucho más profundas que la primera ola vivida de esta crisis sanitaria.

Es por ello por lo que la campaña contra los responsables de llevar a buen puerto la campaña de vacunación se ha activado en estos días que ha iniciado el año nuevo. 

El lunes 4 de enero hubo un anuncio que ha generado esperanzas en los planes que se trazaron en torno a la campaña de vacunación nacional, y es que fue aprobada para uso de emergencia la vacuna desarrollada por AstraZeneca y Oxford precisamente la que financió en gran parte la Fundación Slim y que será producida en México, con la cual se llegó a un acuerdo para acceder a 77.4 millones de dosis. 

La Secretaría de Salud estima que con un 20% de población vacunada la mortalidad descendería un 80%, para ello se activarán 10 mil brigadas que estarán conformadas por 120 mil personas entre funcionarios y voluntarios para lograr el primer objetivo del año, que es que todos los adultos mayores estén vacunados antes de finalizar marzo. 

Se han pagado a farmacéuticas hasta el momento más de 7 mil millones de pesos, están disponibles 25 mil millones de pesos, nada de esto ha sido a través de endeudamiento público.

Mientras la derecha del país apunta a que se generen mecanismo de acaparamiento a nivel mundial, el Estado mexicano propuso en la Organización de Naciones Unidas que se estableciera un mecanismo para evitar que el poder del dinero determine el destino de la salud de millones de seres humanos en el mundo. Este mecanismo fue aprobado casi por unanimidad.

Por último y no por ello menos importante, Hugo López-Gatell informó que México es de los primeros países del mundo en empezar la vacunación contra la COVID-19, el primero en América Latina y ocupamos el lugar 13º con más vacunas administradas en el mundo.  

A esto hay que agregar que el objetivo inicial de las brigadas es llegar a 3 millones de personas por semana, lo que abre las posibilidades de que un 80% de la población esté vacunada a mediados de año. El objetivo de la derecha es descarrilar esto, no hay que permitirlo.