Se quedan sin votar por andar de vacaciones en Vallarta

Como siempre las casillas especiales fueron insuficientes para el elevado número de personas en tránsito y residentes que no cambiaron su domicilio
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Ciudadanos en tránsito o que no han cambiado su domicilio pudieron acudir a votar a las cinco casillas especiales en Puerto Vallarta, cada una con mil boletas para cargos federales, pero estas no fueron suficientes para la gran cantidad de vacacionistas, quienes interrumpieron su paseo por la playa para intentar ejercer su sufragio.

Muchos se quedaron sin cruzar el partido político de su preferencia, causándoles enojo, impotencia y hasta gritos, por lo que tuvo que intervenir la Policía del Estado para guardar el orden.

Ejemplo de lo anterior se dio en la casilla ubicada en la explanada de la Unidad Deportiva Agustín Flores Contreras, sobre el boulevard Francisco Medina Ascencio, fue la mas cercana al Centro de la ciudad, desde temprano la fila daba vuelta la plaza de la asta bandera, llegando hasta al Auditorio de Basquetbol, un 70% eran turistas y el 30% residentes que no han actualizado su dirección.

Para protegerse del sol la multitud se arremolinaba bajo los árboles, otros llevaron sombrillas y grandes sombreros y cachuchas, hubo quienes tuvieron que esperar por cinco horas. Hicieron su agosto los vendedores de paletas de hielo, aguas frescas, bolis y tuba.

A la 1:45 de la tarde ya habían votado 545 ciudadanos, todos para presidente de la Republica, un porcentaje menor para senadores y diputados federales, pues eran de otras entidades sus credenciales.

Los funcionarios de casillas y del INE para entonces ya estaban preocupados, la fila parecía nunca terminar y la gente seguía llegando.

 

Entonces se pusieron a contar a los que ya estaban formados, donde completaron 1 mil cortaron y a los que arribaban les informaban que ya no había boletas disponibles, entonces empezó a cundir el caos y desesperación, como la señora Eloísa, originaria de Chiapas, quien ya no alcanzó a votar, intentó colarse en la fila, pero la misma gente a gritos exigió que se saliera.

Los ánimos empezaron a caldearse, todos exigiendo su derecho a votar, algunos ya habían recorrido otras casillas extraordinarias, donde también ya se habían agotado las boletas, los encargados les explicaban que solo tenían ese número de disponible.

Lo cierto es que su respectiva boleta quedó en su casilla donde están empadronados, optaron por vacacionar y no todos alcanzaron a emitir su sufragio, pero lo paseado nadie se los quita.

jb

Miguel González Guerra