Volvió la reina: Simone Biles recupera la corona en gimnasia en París 2024
Brillante, serena y poderosa, la estadounidense Simone Biles recuperó este jueves el trono de la gimnasia que había perdido en Tokio al conquistar el oro del concurso general, con el que suma un total de seis títulos olímpicos y aumenta la leyenda de una deportista espectacular.
Escoltándola en el podio tras una vibrante final, la brasileña Rebeca Andrade revalidó la plata conseguida hace tres años, mientras que la estadounidense Sunisa Lee, vencedora de la prueba en Tokio, fue tercera.
De regreso a la élite tras desentrañar el bloqueo mental que la atenazó en Tokio, de donde se fue con una plata y un bronce, nadie en París quiere perderse cada vez que la gimnasta más condecorada de la historia sale a competir.
En las gradas, exdeportistas como Zinedine Zidane o Tony Parker observaban cada detalle y algunos miembros del equipo estadounidense de básquet, como Stephen Curry, grababan con sus celulares los ejercicios de una competición que hizo vibrar a un repleto Arena Bercy.
Arropada una vez más por un público a sus pies, Biles no tardó en demostrar que, a los 27 años, sigue estando a otro nivel.
SIMONE BILES. CERTIFIED GOAT. 🐐#ParisOlympics pic.twitter.com/OqLGTjwwGF
— NBC Olympics & Paralympics (@NBCOlympics) August 1, 2024
Justo después de que Andrade presentara su candidatura con un impecable salto en la primera rotación, la estadounidense sacó la artillería pesada y respondió con su impresionante Biles II, el doble Yurchenko carpado que lleva su nombre, y que le valió un inalcanzable 15,766.
Andrade no se dejó impresionar y continuó con un gran ejercicio de barras asimétricas, que Biles -más dubitativa en su aparato menos predilecto- no consiguió igualar. Enfundada en un destelleante maillot amarillo, la brasileña pasaba al primer puesto tras la segunda rotación, por delante de la argelina Kaulia Nemour y de Biles. Había partido.
La hinchada verdeamarilla alzaba los decibelios de sus gritos de “¡Brasil”, mientras el grupo de cabeza se dirigía a la barra de equilibrio.
Con la final más abierta que nunca, Biles brincó entonces hasta esta viga de 10 centímetros de ancho, de donde aterrizó precisa y lanzando un aplauso al aire que valía ya un podio.
La presión era ahora para las demás, que pasaban después, pero ninguna consiguió igualarla. Última en pasar por la viga, una solvente Andrade estuvo algo menos contundente y las favoritas encararon la última rotación, el suelo, con Biles en cabeza y el oro dependiendo de ella.
De poco sirvió el enérgico ejercicio de suelo de la brasileña, que consciente de que el oro se le escapaba fue despedida con una enorme ovación para dejar paso en el cuadrado a Biles.
Para entonces todo el mundo en el Arena Bercy sabía que estaba ante algo histórico. Y la estadounidense no tardó en darles la razón al volar sobre el suelo para cerrar la competición con un ejercicio soberbio y con el Arena Bercy en pie, jugadores de la NBA incluidos, ante la reina.
jb