Signos de fatiga en la economía mexicana

Indicadores INEGI muestran desaceleración y crecimiento mínimo 2025.
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La economía mexicana comienza 2025 con señales claras de enfriamiento. Según los indicadores oportunos del INEGI, tanto el consumo privado como la actividad económica general muestran una marcada desaceleración durante marzo y abril, lo que refuerza los pronósticos de crecimiento mínimo para el año.

El consumo interno, que representa alrededor del 70% del PIB nacional, habría registrado caídas mensuales de 0.2% en marzo y 0.1% en abril, tras haber crecido 1.2% en febrero. Estos datos no sólo confirman una tendencia descendente, sino que colocan al principal motor económico del país en terreno negativo.

La pérdida de impulso sigue siendo evidente en las actividades secundarias, cuyos referentes son la construcción y la manufactura, pues en marzo tuvieron una caída de 0.9 por ciento mensual y en abril apuntan a una baja de 0.1 por ciento. Ambos indicadores oportunos, del consumo privado y de la actividad económica, confirman la perspectiva de una economía mexicana débil.

Esto se da en un entorno de imposición de aranceles a las importaciones de Estados Unidos e incertidumbre sobre sus tensiones comerciales con China.

Los indicadores oportunos sugieren una moderación de la actividad económica en México al inicio del segundo trimestre de 2025, luego de la debilidad observada en los primeros tres meses del año.

Foto: Especial

De cara al resto del año, el panorama no mejora significativamente. El consenso de analistas encuestados por Grupo Citi mantiene su estimación de crecimiento para 2025 en apenas 0.1%, con una dispersión notable entre proyecciones que van desde una contracción de -0.7% hasta una expansión de 0.7%.  USB; por ejemplo, prevé  que el PIB se contraiga este año, advirtiendo sobre signos crecientes de “fatiga económica”.

Por otra parte, la apreciación del tipo de cambio implicó un superávit de la balanza comercial; asimismo, el mayor nivel de las importaciones en el primer trimestre del año, pese a su desaceleración permitió que el impuesto a las importaciones creciera 50.5 por ciento real anual.

El menor nivel de inflación general anual, producto de la inferior subida de precios de los servicios, de los energéticos y de las frutas y verduras, contribuyó a los resultados positivos de las finanzas públicas.

Hacia adelante, es de esperar que la economía mexicana continúe enfrentando desafíos derivados de la incertidumbre comercial y geopolítica; no obstante, la fortaleza de los fundamentos macroeconómicos y la posición estratégica del país en las cadenas globales de valor seguirán siendo factores clave para mitigar estos efectos; además, se anticipa que el sector externo se beneficie de un tipo de cambio competitivo y de los posibles acuerdos comerciales, aún bajo el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), que eximen a las exportaciones de origen mexicano de aranceles en EE. UU.

Asimismo, la recuperación en las actividades primarias y el crecimiento en sectores orientados al mercado externo, como la fabricación de equipo de transporte y maquinaria, podrían impulsar la economía. Empero, la inversión fija bruta y el consumo privado podrían seguir afectados por la incertidumbre, lo que podría limitar el crecimiento económico.

En suma, México inicia 2025 con un entorno económico frágil, impulsado por un consumo debilitado, producción industrial en descenso y tensiones comerciales externas que podrían frenar aún más la actividad. Mientras no se recupere el motor interno del consumo y se estabilicen las condiciones externas, el crecimiento económico seguirá en riesgo.

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