Sendero de Palo María
Cuando un sendero guarda recompensas a todo aquel que lo explore, este se vuelve un camino de experiencias que muchos gustan de guardar en forma de imágenes en su celular. Si, además, el sendero es sencillo y propio para cualquier persona en condiciones de caminar y para cualquier edad también, entonces se vuelve popular y su visita puede ser en grupos grandes.
Este es el caso del sendero a la Cascada de Palo María. Una aventura que prácticamente está dentro de los límites urbanos de la salida a Mismaloya, aproximadamente a unos 8 kilómetros del Centro de Puerto Vallarta. Esto es, justo antes del Hotel Garza Blanca, donde deberás buscar estacionamiento ya sea en los acotamientos o en algún espacio junto a las pocas banquetas existentes.
Justo en este punto, encontraremos que la carretera cruza un pequeño puente sobre un discreto río. Puente que lleva por nombre Palo María, precisamente. Aquí comenzamos nuestra ruta río arriba, cruzando la superficial corriente varias veces según el sendero se encuentre, ya sea con la montaña o con las enormes rocas. Rocas hay muchas. No impiden el paso, pero a veces hay que hacer un pequeño esfuerzo que no podría agotar a cualquiera. Así que ya sabes, te mojarás los pies en varias ocasiones y la humedad te acompañará todo el camino. Pero no te preocupes. Te explico.
Luego de algunos 2 kilómetros de camino, encontraremos una cascada de cerca de 8 metros que forma un estanque de color turquesa, lo suficientemente hondo como para trepar por las laderas del pequeño cañón y zambullirse de un temerario salto. Es una buena idea si en realidad te quieres sumergir porque, con la fría temperatura del agua, hacerlo caminando puede ser muy poco atractivo. Seguro ya lo notaste. Habrá que llevar traje de baño y toalla, y un cambio de ropa, porque no es buena idea regresar caminando con la ropa húmeda.
Hablando de las paredes de la montaña. En la pared norte del pequeño cañón formado por la cascada, el sendero sube hacia la cima de ésta, y te puede llevar todavía más lejos río arriba. Esta pendiente no es sencilla, y hay que sujetarse bien y ser un tanto cuanto valiente, sin mencionar que la fobia a las alturas estaría de más. Es apto solo para aquellos que no necesitan ayuda para trepar.
Mientras los demás visitantes, adultos y niños, se divierten, nos podemos recuperar tomando un refrigerio y recargando energía proveniente de la buena vibra que el gozo de la naturaleza brinda a todos los presentes.
Siempre es importante recordar que en temporada de lluvias, ríos y arroyos pueden presentar corrientes inesperadas, incluso si no está nublado, ya que podría estar lloviendo río arriba. No olvides que tenemos temporada sin lluvias por más de medio año. Programa bien tus caminatas y cuida de los tuyos.