Semana de buenos deseos

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Pasó el Viernes Santo. Día sagrado en el altiplano, en el Bajío y en la CDMX entre todos los cristianos, no tanto en el Noroeste del país, posiblemente por la influencia de la vecindad con los Estados Unidos en donde esta celebración no está muy arraigada, y hoy domingo, termina la Semana Santa.

Estando influenciados por estos días santos, recibimos el mensaje del presidente en turno, a los 100 días de su cuarto año de gobierno, viendo más que un informe, una frustración porque no le salen sus planes como desearía, sin poder controlar su malestar.

Tristemente este “informe”, cuya parte vergonzosa es el alarde del aumento de las remesas de nuestros paisanos, viviendo vejaciones y menosprecios como habitantes de segunda en EU, lejos de ser un orgullo es una falla nacional por esa migración debida a la falta de empleos dignos en nuestro país.

Como era de esperarse, no faltó la acusación de traición a la patria para todos aquellos que votarán en contra de su propuesta de la reforma eléctrica hoy domingo en el Congreso.

Si viviéramos en Parral, Chihuahua, en tiempos de Doroteo Arango, más conocido como Pancho Villa, tendría listo su pelotón de fusilamiento con la frase ya conocida “fusílenlo luego averiguamos”.

La presión e intento de soborno se va a poner durísima hoy domingo, día de la votación. Esperemos que no haya Judas. Asimismo, amenazas de no permitir el acceso a la Cámara a diputados de la oposición por parte de Morena o fanáticos gratuitos.

Entiendo la frustración del presidente en turno, ¿pero por qué pasa esto?

No tiene negociadores capacitados, el líder que escogió para encabezar la reforma eléctrica carece de total credibilidad y buen prestigio, mostrándose con una soberbia extrema al decir “se cancelarán los contratos existentes sin ninguna indemnización” Esa amenaza y falta de flexibilidad en contratos vigentes internacionales, cierra las puertas a una posible negociación, base de lo que se llama política, echándose encima a todos los inversionistas extranjeros presentes y futuros.

Ser presidente de un país no debe ser nada fácil y menos si se insulta a diario a toda la sociedad productiva, creando una gran división entre la ciudadanía, y perdiendo el apoyo necesario de la fuerza económica del país.

Pero a mi criterio, lo que yo fomentaría sería el compromiso de los que tienen más para ayudar a los que tienen menos, con creación natural de empleos, dando toda la seguridad jurídica a nuevas inversiones, por convencimiento, y haciendo inversiones productivas para todos.

Me dejaría de agresiones sistemáticas a los que están ejecutando sus trabajos llámense empresarios, periodistas, comentaristas, médicos, ingenieros, dando pie a buenas noticias y opiniones, y sortear la oposición que siempre va a existir con razones, resultados y la categoría necesaria y el respeto del presidente en turno.

Dejaría de estarme dando baños de pureza sin darme cuenta de que estoy rodeado de lodo.

En fin, creo que así sería más fácil gobernar, lograría más cosas y dejaría el puesto con la misma dignidad con la que fue recibido, sin menospreciar los golpes bajos y decepciones naturales que, por definición natural, siempre existirán en este puesto.

Como dijimos, es Semana Santa y es, “semana de buenos deseos”.

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