Asegura Seapal que utilizará tanques de 10 mil litros abandonados en Ixtapa
Después de año y medio que Seapal Vallarta instaló dos tanques de agua de 10 mil litros cada uno en la colonia Chulavista en Ixtapa y que fueron abandonados tras el asesinato de Salvador Llamas, el tercer director general del organismo, Eraclio Galván, aseguró que les iba a dar una utilidad, pues fueron olvidados completamente nuevos.
“Estamos con personal del área operativa, buscando una zona donde colocarlos para darles utilidad, ya sea con productos químicos o meterlos en partes donde pudiéramos darle agua a los usuarios”, dijo el funcionario, quien agregó que los tanques no se quedarían en la colonia Chulavista.
Cuando era director de Seapal Vallarta, Salvador Llamas mandó comprar e instalar dos tanques estacionarios de agua para la colonia Chulavista en Ixtapa, pero tras su asesinato, quedaron abandonados por el organismo y nunca funcionaron, porque nadie se preocupó por mandarlos llenar para que los vecinos pudieran tener el vital líquido.
De acuerdo con los habitantes de la zona, Llamas Urbina les dijo que los tanques horizontales, con capacidad de 10 mil litros, serían llenados regularmente para que pudieran tener agua en todo momento. Esto fue mucho antes de la crisis del agua, pues al igual que muchas colonias de la parte agua del Pitillal, hubo momentos en que pasaron hasta dos semanas sin el líquido.
Son dos tanques: uno instalado frente al área verde de Chulavista y otro más a aproximadamente un kilómetro, en una zona conocida como Chulavista Los reyes, en la parte alta de Ixtapa. Se trata de una colonia irregular que aún no tiene servicios básicos como red de drenaje, por lo que tienen que desazolvar sus fosas sépticas cuando menos cada seis meses. Actualmente, la petición se hace a Seapal.
Los tanques tienen un costo de 119 mil 776 pesos más costo de envío cada uno, de acuerdo con la página oficial de la empresa que los fabrica. Están hechos de polietileno de alta densidad, que no altera el color, ni cambia el olor y sabor y tienen garantía de por vida.
Sin embargo, una vez llegó Jorge Alberto Castillo al frente de Seapal, él y sus subordinados se olvidaron de esta inversión y sobre todo, de las familias que ahí viven. Ni una sola vez enviaron una pipa para llenarlos de agua.
LLM