Se reúnen en vigilia para exigir justicia por Abraham Alejandro Gobel
Las luces parpadeantes de las veladoras iluminaban la acera y el rostro de quienes, en silencio, se acercaban al Verificacentro de la carretera federal 200 en Puerto Vallarta. Con carteles y pancartas en mano, unas veinte personas, pocas pero firmes, se reunieron la tarde del lunes para recordar y exigir justicia por Abraham Alejandro Gobel, un activista cuya voz fue acallada violentamente en Tlaquepaque, apenas un día antes.
Entre susurros y miradas, los presentes se sintieron unidos por la causa que Gobel defendió con vigor: rechazar el programa de verificación vehicular impuesto por el gobierno de Jalisco, el cual, argumentaba el activista, afectaba desproporcionadamente a los ciudadanos de menores ingresos. “Afinación sí, verificación no”, fue una de sus consignas más reconocidas, pues señalaba que los estándares aplicados eran similares a los de países desarrollados, pero inadecuados para la realidad de muchos jaliscienses.
Quienes se acercaban al pequeño grupo notaban el contraste entre la serenidad de la vigilia y el eco de los disparos que, la noche del domingo, silenciaron a Gobel en su hogar en Tlaquepaque. De acuerdo con algunos de sus seguidores, el ataque fue deliberado: “Sabían a quién le disparaban, a qué le tenía miedo el gobierno”. Para ellos, Gobel no solo era un líder, sino el símbolo de una resistencia que poco a poco ha ido ganando seguidores.
Con el programa de verificación en funcionamiento desde hace aproximadamente dos años, Gobel había sido uno de sus opositores más férreos, denunciando las prácticas de monopolio y criticando a la empresa alemana, a la que acusaba de lucrar con los verificentros en el estado. “Antes de morir, él ya decía que estos centros estaban quebrando”, comenta uno de los asistentes, con una mezcla de orgullo y tristeza en la voz.
En Puerto Vallarta, la convocatoria para rendir homenaje fue rápida, y aunque la participación fue escasa, los presentes mantenían la esperanza de que la lucha de Gobel no sea olvidada. La cita fue a las seis de la tarde, y mientras el reloj avanzaba hacia las siete, las miradas se dirigían al cielo, a las velas y al recuerdo de un hombre que, según sus seguidores, nunca dejó de pelear por su gente.
Esa tarde, en el fraccionamiento Parque Las Palmas, no fueron necesarios cientos de manifestantes para dar testimonio de la valentía de Gobel. Entre el vaivén de los autos que cruzaban la carretera, el mensaje era claro: justicia, no solo por un hombre, sino por todos los que creen que un cambio es posible.