Se concreta: Reino Unido abandona la Unión Europea

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El Reino Unido abandona la UE este sábado, pero la ruptura definitiva tendrá que esperar

No habrá carreteras colapsadas en la frontera irlandesa. Ni expatriados en el Reino Unido o la Unión Europea (UE) sin derecho a sanidad o prestaciones sociales. Tampoco escasez de alimentos, medicinas ni combustible. Las llamadas costarán lo mismo. El Brexit llegará este 1 de febrero con un amanecer tan parecido al del día anterior que se arriesga a decepcionar tanto a precursores de la catástrofe aislacionista como a los que interpretan la fecha como la llegada de la ansiada independencia británica tras 47 años recluidos en una especie de cárcel europea.

La tantas veces pospuesta salida oficial del Reino Unido de la UE llega finalmente este sábado, pero aunque las banderas se arríen con solemnidad, los documentos de divorcio se firmen entre flashes, y la fecha se imprima en los libros de historia, el paso tiene más de simbólico que de práctico. Empieza ahora un periodo transitorio donde casi nada cambia, una forma de pavimentar el camino para el verdadero suelte de amarras, fijado para el 1 de enero de 2021.

El 1 de febrero comienza el periodo transitorio, un plazo durante el cual la relación entre la UE y el Reino Unido seguirá funcionando sin cambios para ciudadanos, consumidores, empresas, inversores, estudiantes e investigadores. Londres continuará dentro del mercado interior y la unión aduanera, y los ciudadanos de ambos lados del canal de la Mancha podrán seguir residiendo sin trabas y desplazándose como hasta ahora. Está previsto que finalice el 31 de diciembre de 2020, pero la UE y el Reino Unido pueden acordar prorrogarlo, solo una vez, durante uno o dos años más, siempre que se haga antes del 1 de julio de 2020.

El Reino Unido seguirá abonando, tras su salida de la UE, todos los compromisos del presupuesto de la Unión del período 2014-2020. Los beneficiarios de los programas europeos, incluidos los del Reino Unido, disfrutarán de ellos hasta su conclusión. El dinero seguirá fluyendo mucho más allá de la ruptura. Por ejemplo, Londres pagará su parte de las pensiones y otras prestaciones de los funcionarios comunitarios o el mecanismo para los refugiados en Turquía.

El Brexit también tendrá un lado lúdico. Diversas fiestas, unas de triste despedida, y otras de celebración, están convocadas en Londres y Bruselas para seguir en compañía la noche del adiós. El divorcio pondrá fin a casi medio siglo de convivencia y plantea interrogantes sobre el futuro de la UE. “Tenemos que reinventar la forma de hacer política en Europa, y esa reinvención no está conectada a las viejas ideologías, sino a la capacidad de los políticos de no desconectar de los ciudadanos”, asegura Dacian Ciolos, el líder del grupo Renew en el Parlamento Europeo.

Fuente: El País