El 19 de julio, se informó que José Antonio Yépez Ortiz, alias ‘El Marro’, líder del Cártel de Santa Rosa de Lima (CSRL), fue trasladado del Centro Federal de Readaptación Social (CEFERESO) Número 1, conocido como ‘El Altiplano’, al Cefereso 14 en Gómez Palacio, Durango. Este movimiento se realizó casi cuatro años después de su ingreso a ‘El Altiplano’.
Durante la mañana del viernes, decenas de elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y la Guardia Nacional (GN) llegaron al Estado de México para escoltar a ‘El Marro’ a un helicóptero Black Hawk, cuyo destino inicial fue desconocido. Según el periodista Carlos Jiménez, esta operación se llevó a cabo bajo estrictas medidas de seguridad.
‘El Marro’ fue arrestado en la madrugada del 2 de agosto de 2020, acusado de delincuencia organizada y robo de combustible en Juventino Rosas, Guanajuato, tras un operativo de fuerzas federales y estatales.
Inicialmente, fue internado en el penal de Puentecillas, en Guanajuato, pero cinco días después fue trasladado a ‘El Altiplano’, la prisión de máxima seguridad del país.
En enero de 2022, fue sentenciado a 60 años de prisión por secuestro agravado, luego de que se rescatara a una mujer secuestrada durante su captura. Su liberación está prevista para 2082.
En relación con su familia, Luis Antonio Yépez Cervantes, alias ‘El Monedas’ e hijo de ‘El Marro’, fue liberado el 19 de junio pasado. ‘El Monedas’, presunto líder actual del CSRL, había sido arrestado el 7 de enero en Santa Cruz de Juventino Rosas, Guanajuato, tras un enfrentamiento con la Secretaría de Seguridad Pública del estado.
Sin embargo, la Jueza de Distrito del Centro de Justicia Penal Federal de Querétaro, María del Refugio Castañeda Guillén, ordenó su liberación inmediata, argumentando que aunque representaba un alto riesgo de fuga, no era suficiente para mantenerlo encarcelado.
El Cártel de Santa Rosa de Lima ha sido identificado como uno de los principales responsables de la violencia en Guanajuato desde su fundación en 2010. Originalmente centrado en el robo de combustible, conocido como ‘huachicoleo’, la organización ha diversificado sus actividades criminales, incluyendo extorsión, secuestros, homicidios, enfrentamientos violentos con grupos rivales y fuerzas de seguridad, así como la venta de metanfetaminas.
