Acaban de regalarle a México su nueva historia de terror

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La nueva hipótesis: a una de las mujeres desaparecidas y asesinadas en Celaya, Guanajuato, el 7 de marzo pasado, la descubrieron enviando un mensaje de texto, así como su ubicación.

Para las autoridades, esto habría desencadenado la tragedia que culminó en un inmueble de Rincón de Centeno, en el municipio de Juventino Rosas, en donde los cuerpos de las mujeres fueron calcinados e inhumados en una fosa clandestina.

Otra historia del horror de México.

Un día antes de la desaparición, sicarios del Cártel Jalisco Nueva Generación atacaron a balazos, y con bombas molotov, el complejo recreativo La Palapa, en Celaya.

Se trató de una agresión brutal. El grupo armado asesinó a tres personas, hirió a otras ocho e incendió varias cabañas del lugar. Habitantes de Celaya reportaron altas columnas de humo. La policía encontró el cuerpo de un hombre calcinado.

“¡Puro cuatro letras!”, gritaron los agresores, de acuerdo con los testigos.

A las puertas del complejo turístico, relacionado de algún modo con el Cártel de Santa Rosa de Lima, fue abandonada una narcomanta en la que le daban 24 horas para irse del estado a un tal Castellanos.

Cinco días más tarde, Santa Rosa de Lima envió su respuesta: a la medianoche del sábado siguiente fue atacado el centro nocturno El Estadio Men’s Club, ubicado en la carretera libre Celaya-Querétaro.

Esta vez, el saldo fue de 10 muertos y 5 heridos.

En medio de estos hechos se dio la desaparición de cinco meseras, y de la mujer que las promovía. Las mujeres, de entre 19 y 48 años de edad, habían sido contratadas para trabajar en una fiesta que iba a celebrarse en el residencial El Álamo Country Club, un fraccionamiento exclusivo con campo de golf de 18 hoyos.

Familiares de una de ellas declararon que recibieron una llamada y escucharon gritos, “como si todo se hubiera salido de control”. Esto último no ha sido confirmado por las autoridades. Los datos telefónicos indican que la última señal del celular de una de las jóvenes provino de las inmediaciones de Rincón de Centeno, en el municipio de Juventino Rosas, a unos 12 kilómetros del fraccionamiento.

Las autoridades creen que las mujeres fueron acusadas de pasar información. Habían trabajado otras veces en eventos realizados en la zona, que se encuentra bajo el control total del Cártel de Santa Rosa de Lima. De hecho, en el fraccionamiento El Álamo Country Club llegó a habitar la suegra del líder de ese cártel, José Antonio Yépez Ortiz, alias “El Marro”, a la que se acusó de pagar los sueldos de los halcones.

Ahora, “algo salió mal”, sostienen fuentes cercanas a la investigación.

Diez días más tarde, en la misma zona de donde salió la última señal del celular de una las víctimas –Rincón de Centeno, municipio de Juventino Rosas–, los cuerpos de las mujeres fueron hallados, completamente calcinados, dentro de una fosa clandestina.

La orden, al parecer, había sido desaparecer los cuerpos por completo, puesto que los peritos hallaron miles de pequeños fragmentos óseos.

Un taxista declaró que había bajado a las víctimas en un punto específico y que de ahí se las llevó un supuesto chofer de Uber. Esto abrió el camino para la aprehensión de una célula formada por seis hombres, y más tarde de 14 personas, algunos de ellas de origen tamaulipeco, que presuntamente forman parte del Grupo Escorpión, brazo armado del Cártel del Golfo –hoy posiblemente aliado con la gente del “Marro” y el Cártel de Santa Rosa de Lima.

Entre los detenidos se halla precisamente el supuesto chofer que se las llevó. Las autoridades sostienen que existen pruebas que confirman que fue uno de los encargados de la desaparición: el que las entregó a la célula que acabó con sus vidas.

En Celaya hay más de 100 mujeres desaparecidas o no localizadas, cuyas edades fluctúan entre los 15 y los 19 años. Es la ciudad que encabeza el mayor número de desaparición de mujeres en el estado de Guanajuato. Hoy, esa ciudad acaba de entregarle a México su más reciente historia de terror.

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