Red global de lavado cae tras megainvestigación de México y EU; bloquean cuentas y empresas

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La lucha contra el crimen organizado sumó un nuevo capítulo este 19 de noviembre, cuando México y Estados Unidos ejecutaron una operación conjunta para golpear las finanzas de una red criminal transnacional dedicada al narcotráfico, lavado de dinero y ocultamiento de recursos en distintas partes del mundo.
La Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) de México, en coordinación con la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) y la Red de Control de Delitos Financieros (FinCEN), ambos del Departamento del Tesoro estadounidense, activaron un bloqueo simultáneo de cuentas y designaron a 19 objetivos prioritarios, entre ellos 10 personas y nueve empresas presuntamente vinculadas a la estructura criminal.
Nexus internacional: así operaba la red
De acuerdo con fuentes federales, la investigación reveló el funcionamiento de un entramado financiero sofisticado que operaba en al menos seis países: México, Estados Unidos, Canadá, Colombia, Italia y Reino Unido. Las autoridades identificaron empresas fachada, transferencias internacionales con patrones atípicos y movimientos patrimoniales que apuntan a actividades de narcotráfico y lavado de dinero a gran escala.
La UIF detectó además 10 personas adicionales con actividad financiera sospechosa en México. Todas serán integradas a la Lista de Personas Bloqueadas y denunciadas ante la Fiscalía General de la República por posibles delitos relacionados con Operaciones con Recursos de Procedencia Ilícita. También se dará vista a la Procuraduría Fiscal de la Federación debido a posibles faltas de carácter fiscal.
El rastro del dinero: empresas fantasma, bienes inmobiliarios y plataformas digitales
Los análisis financieros de ambas naciones permitieron trazar las rutas del capital ilícito:
Sociedades creadas para simular operaciones comerciales,
Compra de bienes raíces mediante prestanombres,
Administración de activos en plataformas digitales,
Triangulación internacional de fondos para evitar su ubicación.
Estos esquemas habrían permitido que la organización moviera recursos de un país a otro con la intención de borrar su origen, apoyándose en un andamiaje corporativo diseñado para confundir a los sistemas regulatorios.
La operación conjunta refuerza la estrategia bilateral entre México y Estados Unidos para atacar directamente la fuente de poder de los grupos criminales: su dinero. El intercambio de información financiera de alto nivel permitió conectar piezas clave entre ambos países y confirmar la amplitud de la estructura ilegal.




