Puerto Vallarta: el paraíso de Elizabeth Taylor y Burton
Puerto Vallarta, el pintoresco destino turístico en el estado de Jalisco, se convirtió en el escenario de una historia de amor y amistad que dejó un legado imborrable. En la década de 1960, Elizabeth Taylor y Richard Burton llegaron a este paradisíaco lugar para filmar la icónica película “La noche de la iguana”. Sin embargo, su presencia trascendió la pantalla y transformó por completo el destino.
Fue gracias a Guillermo Wulff, el arquitecto convenció al director John Huston de usar a Puerto Vallarta como destino de filmación para “La noche de la iguana” y Huston no pudo resistir la belleza y riqueza natural que se puede apreciar en la bahía. Tan convencido y enamorado de Vallarta, decidió construir una infraestructura especial para la película, obteniendo permisos para construir cerca del hotel donde se estaba rodando. El único problema con el que se encontró Huston fue que la sierra madre no contaba con electricidad, así que debían de cargar con generadores gigantescos.
Puerto Vallarta, el refugio mágico de la pasión y amor de Taylor y Burton
Pero Taylor y Burton no solo trajeron su talento actoral, sino también el escándalo. En ese momento, Elizabeth Taylor aún estaba casada con Eddie Fisher y Burton con Sybil Williams, lo que generó un gran revuelo mediático, tan fuerte que llegó a oídos del Vaticano y les condenaron de “vagancia erótica”. Dado la gravedad del escándalo, parecían estar siempre acompañados por montones de periodistas, lo cual fue motivo principal para que la pareja construyeran la famosa Casa Kimberly, interconectada por un puente réplica del puente de los suspiros de Venecia.
La influencia de Taylor y Burton en Puerto Vallarta fue duradera. Desde entonces, el destino se convirtió en un imán para múltiples estrellas de Hollywood, atraídas por la magia y la belleza de la región. La Casa Kimberly fue vendida en 1990, convirtiéndose en un hotel y más tarde en el famoso restaurante “La Iguana”.
La habitación de Elizabeth Taylor es una muestra del lujo y la opulencia que la pareja disfrutaba. Con aproximadamente 150 metros cuadrados, cuenta con un amplio baño-vestidor, terraza, jacuzzi, alberca privada y entrada privada de elevador. No es de extrañar que su estancia por noche alcanzara los 1000 dólares.
La relación entre Elizabeth Taylor y Richard Burton fue conocida por su turbulencia. Se dice que podían pasar de discusiones acaloradas e insultos hirientes a abrazarse como si nada hubiera pasado en cuestión de momentos y precisamente es lo que refleja el puente entre las dos casas, se especula que es a raíz de la naturaleza de su relación, que se construyó el puente que conectaba la casa de Burton con la casa de Taylor, por si se peleaban y no querían pasar la noche juntos, cada quién tuviera su propio santuario sin dejar de estar conectados el uno del otro.
El legado eterno de Elizabeth Taylor y Richard Burton en Puerto Vallarta
Durante su estancia en Puerto Vallarta, la familia Toledano se convirtió en grandes amigos de la pareja. Elizabeth Taylor llegó a ser madrina de uno de los hijos de la familia. La Casa Kimberly se convirtió en el epicentro de las fiestas del Jetset, atrayendo a amigos y personalidades de la alta sociedad que deseaban visitar el nido de amor de la famosa pareja en ese pintoresco Puerto Vallarta de los años 60.
Sergio Toledano, quien hoy en día es un reconocido fotógrafo mexicano, guarda en su memoria los momentos compartidos con ambas familias en Puerto Vallarta. Recuerda las largas estancias en la Finca Leonarda y las visitas a la Casa Kimberly. Destaca el cariño y la calidez de Elizabeth Taylor, describiéndola como una mujer cariñosa y maternal, capaz de iluminar cualquier habitación con su personalidad.
El impacto de esta famosa pareja en Puerto Vallarta no se puede subestimar. Gracias a la película “La noche de la iguana” y a su historia de amor, miles de ojos se posaron en este destino turístico, convirtiéndolo en uno de los principales destinos de México.
Elizabeth Taylor y Richard Burton dejaron su huella en Puerto Vallarta. Su amor y amistad perduran en la memoria de aquellos que tuvieron el privilegio de conocerlos y vivir momentos inolvidables en su compañía. La Casa Kimberly y el puente de los suspiros son testigos de un romance legendario que trasciende el paso del tiempo, manteniendo viva la magia de aquellos años dorados en el paraíso mexicano.