Presos en el paraíso: 256 mexicanos sin libertad en un crucero

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En un punto del Caribe, frente a las costas de Barbados, flota sobre las cristalinas aguas el Caribbean Princess. A bordo, 256 mexicanos esperan ser repatriados.

Ahí, en medio del paraíso, se siente como en medio del infierno. Nadie les dice nada en concreto, y aunque son bien tratados, bien alimentados, bien cuidados no dejan de estar en una especie de prisión, en una jaula de oro.

“La vida es tranquila, cada quién está en lo suyo, realmente los días son largos, rutinarios… actividades, comida, algo de distracción, para no estar estresados”, nos platicó Ángel Aranda, uno de los 256 mexicanos impedidos a regresar a México.

Angel Aranda más de 60 días en el mar

Gracias al desembarco de 20 mexicanos en Puerto Vallarta, tuvimos comunicación con Ángel por medio del twitter. Él, junto con los otros mexicanos están a la espera de un milagro que les permita volver a México.

Ángel es un tripulante de la compañía Holland America Line y quiere regresar a casa. Hace más de 60 días que navegan sin rumbo, hoy están fondeados en las Antillas, frente a Barbados, rodeados de paraísos terrenales, pero sintiendo el rigor de la distancia y la incertidumbre que origina el desconocer cuando tocará tierra firme.

“El gobierno de México ha permitido la entrada a otras navieras, mi frustración, es que nosotros que somos una cantidad de mexicanos grande a bordo no nos dejan entrar”, lamentó Ángel Aranda.

Angel Aranda tiene esta vista aunque ahora le parece estar en una jaula de oro

“Este encierro nos afecta mucho; la compañía ha estado en contacto con México, pero nos han negado la entrada. Tentativamente nos dan fecha 28 de mayo para acercarnos a Cozumel, pero nada nos han confirmado”.

“La ayuda que pido es que el presidente de México y el Secretario de Relaciones Exteriores, quien esté a cargo, considere que llevamos 62 días en el mar, se me hace injusto que el gobierno de México nos esté negando la entrada, cuando ya dejaron entrar a 20 mexicanos en Puerto Vallarta”.

“Quiero llamar la atención de quien pueda tomar la decisión, estamos en las mejores condiciones (en el barco) pero queremos estar en casa”.

“Hemos querido ponernos en contacto con el consulado, logramos tener contacto con el consulado en Miami, pero aún no se ha definido nada debido a la cuarentena que se lleva en México. Nadie me ha respondido, ni el presidente ni Marcelo Ebrard no han atendido nuestros llamados, nadie del gobierno nos ha prestado atención, solo los medios de comunicación. Ángel Aranda Originalmente zarpó de Fort Lauderdale como tripulante en lo que sería un crucero por las Bahamas a bordo del barco Nieuw Amsterdam. Aquello parecía que sería como otros tantos viajes, llenos de trabajo, de sol, de cansancio, pero también de satisfacciones, de personas nuevas y lugares hermosos por visitar.

frente a barbados se encuentran fondeados

Sin embargo, en el trayecto se dio el colapso mundial por la propagación del SarsCov2, La industria naviera especialmente se vio afectada globalmente. Centenas de naves quedaron técnicamente a la deriva por todos los océanos del mundo.

Los principales puertos del orbe comenzaron a cerrar. El arribo de barcos empezó a prohibirse en extensas regiones costeras del mundo, dado que se habían presentado funestos escenarios de contagio a bordo de otros barcos.

Originario de Cancún, México, Ángel Aranda viajaba en el Nieuw Amsterdam, pero tuvo que cambiar de barco para mantenerse en el área. Desde esa nave 17 latinos cruzaron al Caribbean Princess a bordo de los botes salvavidas. “Todo fue por mar, nada por tierra”

“Nos cambiaron el 23 de abril al Caribbean Princess, estuvimos 14 días en cuarentena sin salir de la habitación”.

Asi se ve desde adentro

“Todo era incierto. Teníamos claro que no estaba seguro cuando regresaríamos a nuestras casas. Sin embargo, estábamos más seguros que en el Nieuw Amsterdam. A bordo dejaron a filipinos, sudafricanos e indonesios, y ellos iban a ir a esos destinos”.

El 28 de abril, el gobierno de Perú aceptó repatriar a sus connacionales, así como mover a otros sudamericanos, por lo que se dirigieron a Fort Lauderdale donde los desembarcaron y retornaron a sus países.

“Sabemos que no depende tanto de la compañía, si no de cada país que nos deje entrar”.

Hasta hoy, los 256 mexicanos han tenido contacto de forma muy superficial con las autoridades mexicanas, que han dado respuestas someras a su petición de ser repatriados.

Ángel Aranda le pide consideración al gobierno de México, por los 256 que están en el Caribbean Princess, pero también por otros mexicanos que se encuentran en diferentes flotas en los mares del mundo.

“Pónganse en nuestros zapatos, ¿cómo actuarían al estar tanto tiempo en el mar’”. 

A mi familia le digo que los quiero mucho… falta un poco más de tiempo, ya quiero ir a verlos. Somos mexicanos somos humanos, y necesitamos estar en nuestras casas”.

 

Hugo Lynn