POLÍTICA

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Foto: Milenio

Duda Sustentable

El miércoles 1 de julio se cumplirán dos años de la histórica elección de 2018 y habremos llegado a 19 meses de gestión del Gobierno Federal. 578 días de este sexenio.

Lo eterno o efímero de este tiempo quedará a merced de nuestros afectos personales. Será muy nuestro; será de cada quién. Cada uno de nosotros decidirá cuán grato o ingrato ha sido.

Pero habrá de él un registro histórico con aspiración de eternidad. Habrá una verdad que nos trascienda.

Ahí, en ese campo infinito que concentra lo vivido, sobresaldrá una ausencia: la política.

La política como el arte de conjugar lo deseable con lo posible. Como la técnica que armoniza lo opuesto y acerca lo distante.

Confinada en los rincones y vagando entre las sombras de los Palacios de Gobierno de todo el país, esta versátil y maravillosa herramienta aguarda engalanada el momento en que el bien amado decida cautivar al respetable.

Está ahí; todos percibimos o intuimos su presencia y su perfume; aún en el olvido intencional al que la han condenado por ignorancia o por desprecio.

578 días, y las mismas noches, sin su distinguida presencia. Porque la política convoca y concita a sumar y multiplicar, rechazando con elegancia y sabiduría lo que resta y divide.

Porque la política invita al diálogo y al debate tanto de lo superfluo como de lo profundo; de lo intrascendente y de lo relevante; de lo urgente y lo importante. Todos ponen; todos ganan.

Ella es refinada facilitadora de lo irreconciliable; es el exquisito lubricante para destrabar lo anudado; es la eficaz cementante de lo desarticulado y roto; es también, la noble sanadora de heridas.

Los mexicanos urgimos su presencia. Nos hace mucha falta. Porque ante las más amenazantes e inminentes rupturas, ella ensancha los cauces para el acuerdo nacional. Porque cuando el diálogo se interrumpe, abre mágicamente nuevos canales hasta recuperar la sintonía. Porque ante las peores crisis, se colma de firmeza y ecuanimidad para enfrentarlas unidos.

Los gobernantes son artistas que, a través de ella, han moldeado su exitosa trayectoria para el bien de México. Con ella, han hecho de nuestra tierra un país maravilloso.

Rescátenla del olvido. Recuerden y tengan muy presente que, a través de ella, también se pueden perturbar sistemas y generar disrupciones que, después del caos, nos conduzcan de manera pacífica y civilizada al renacimiento deseado.

¿Hoy nos hace falta una buena dosis de política?

Esa es una duda sustentable.

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