Policías mueren esperando su jubilación

Los policías municipales son abandonados por el Ayuntamiento de Puerto Vallarta. A pesar de lo que les corresponde por ley, se dice que no les han hecho caso y en su lugar les han dado la espalda, a quienes dan su vida por la corporación. 

Una de las denuncias, ha sido que el Ayuntamiento le ha dado prioridad a quienes no lo merecen y ha dejado a un lado a los agentes de la Policía, quienes son los que trabajan por mantener la seguridad en el puerto. 

En menos de una semana han fallecido dos policías municipales, quienes habían estado solicitando desde hace tiempo su jubilación, uno por tiempo y el otro por discapacidad; sin embargo, nunca se las dieron, por lo que murieron anhelando jubilarse de las filas de Seguridad Pública, a quien le otorgaron toda su vida. 

Es importante mencionar que un oficial de Policía sacrifica a su familia, su tiempo e incluso su vida para defender a la ciudadanía de la delincuencia. Razón por la que es lamentable, ver como buenos elementos han muerto sin recibir su jubilación que por ley les corresponde y que está marcado en los artículos de la Ley de Servidores Públicos y del Trabajo.

En Puerto Vallarta el Ayuntamiento, ha dado largas a los oficiales que muchas veces, por su discapacidad o enfermedad les es imposible acudir a realizar sus trámites, siendo “bateados” si lo hacen. 

Como el caso del comandante Pablo Sánchez Sepúlveda y Miguel Catalán Santiago, quienes fallecieron a consecuencia de una enfermedad esperando su jubilación. De la misma forma sucedió con el comandante Raúl Nabor Benites Ibarra, quien pereció el día sábado. 

Cuando fallecen, el Ayuntamiento les ofrece una ceremonia de cuerpo presente en la Academia de Policía, donde son subidos los féretros a las unidades, paseando los cuerpos con las sirenas abiertas. Sin embargo, en vida los ignoran cuando solicitan su jubilación. 

Es una lástima que este y otros gobiernos jueguen con los derechos de los policías que como trabajadores tienen, solo por los trámites burocráticos que se deben de realizar y que los funcionarios encargados de dárselas, les pidan dinero a cambio de hacer estos trámites.

Esta tarde de domingo fue velado el comandante Raúl Nabor Benites Ibarra, su cuerpo fue llevado en una patrulla, desde la funeraria hasta la academia. Las unidades iban llorando y las sirenas sonaban por toda la avenida. Se mencionó que luego de la ceremonia el cuerpo sería cremado. 

Así hay varios policías que siguen esperando su jubilación, como Roberto Camacho Balderrama, quien está enfermo y a pesar de haber cumplido con el tiempo, sigue esperando su jubilación. Todo parece indicar que lo mismo ocurrirá que con los otros agentes.