Piscina de La Defénse Arena de París es “anti-récords”; dificulta la natación

Esta instalación, ubicada en el pabellón multiusos que utiliza el equipo de rugby Racing 92, no alcanza la profundidad de tres metros
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En la piscina de La Défense Arena de París, los nadadores olímpicos han encontrado un obstáculo inesperado en su intento de romper récords mundiales. Aunque están en su mejor forma física, el diseño de la piscina, hecha de acero inoxidable y con una profundidad de solo 2,15 metros, ha dificultado lograr tiempos excepcionales.

Esta instalación, ubicada en el pabellón multiusos que utiliza el equipo de rugby Racing 92, no alcanza la profundidad de tres metros que se ha establecido como estándar desde los Juegos Olímpicos de Pekín 2008.

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Leon Marchand, estrella local de la natación, expresó sus preocupaciones al notar que la piscina “no es tan profunda como otras”, a pesar de ser “top”. Marchand, quien conquistó el oro en los 400 metros estilos, batió el récord olímpico de Michael Phelps, pero quedó a 45 centésimas de rebajar el récord mundial, lo que plantea dudas sobre la influencia de la poca profundidad en su desempeño. Katie Ledecky, nadadora estadounidense con grandes expectativas en París, también comentó que la piscina es “magnífica pero de talla humana”, subrayando su insuficiente profundidad.

 

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El motivo detrás de estas dificultades se debe a que una mayor profundidad reduce la turbulencia y facilita el deslizamiento del cuerpo en el agua, permitiendo mejores tiempos. Erika Villaécija, exnadadora olímpica, explicó que “cuanta más profundidad, más flotas”, lo que minimiza las turbulencias generadas por los nadadores. Rafa Muñoz, exrecordista mundial de 50 metros mariposa, corroboró que una piscina más profunda permite que las olas y las ondas se disipen, generando menos resistencia y resultando en mejores marcas.

Hugo González, única esperanza de medalla para la delegación española, también criticó la piscina, mencionando que “no cumple las reglas de World Aquatics” y que, aunque sea más lenta, todos los competidores están en igualdad de condiciones.

La empresa responsable de la instalación defendió que la piscina cumple con las normas vigentes durante los últimos 15 años, aunque el cambio en la profundidad mínima exigida por el organismo internacional de deportes acuáticos entró en vigor cuando la piscina ya estaba en construcción.

A medida que avanzan las competencias, los nadadores deberán adaptarse a estas condiciones y superar los desafíos adicionales que presenta esta piscina para lograr sus mejores tiempos y perseguir los ansiados récords mundiales.

Efrén Urrutia