Phelps y su Odisea en Londres 2012
Por: Brian Jeshua Campos Javalois
Un 28 de Julio de 2012, Londres daba inicio al certamen que reunía a los más grandes atletas del planeta, los juegos olímpicos. Esta edición estaba por convertirse en una de las más históricas, pues el tiburón de la natación, Michael Phelps, estaba por convertirse en el deportista con más preseas de la historia.
Aunque el estadounidense tenía una cita con el destino, tan solo unos años atrás, después de su increíble actuación en Beijing 2008, se le vio en problemas mediáticos y de salud. El mejor nadador del mundo se encontraba luchando con una adicción con la marihuana. Fue suspendido por varios meses, dejó los entrenamientos y perdió el rumbo de la natación. Sin embargo, en el último momento y fuera del podio, Michael Phelps logró clasificarse a la cita de Londres 2012. La isla británica le esperaba.
Tan solo dos días después del inicio de los Juegos Olímpicos, el americano vería una hazaña alcanzada. En la carrera de los 200 metros mariposa, no pudo terminar como oro, pues el sudafricano Chad le Clos estuvo fenomenal en la última vuelta, pero a pesar de ello, ya era un hombre récord. Con la medalla de plata obtenida, lograba igualar la cifra establecida con anterioridad por la gimnasta rusa Larisa Latynina, la atleta más galardonada de la historia, con 18 medallas.
Michael Phels, le había dado tanto al equipo estadounidense de natación que ya era hora que este le regresara el favor. El equipo de las barras y las estrellas, conformado por Phelps, Jones, Lochte y Adrian no logró derrotar a los franceses quienes con un superlativo Yannick Agnel se llevaron el oro. Y es así, que sin estar en su mejor forma, Michael logró superar el récord establecido por la rusa, debido a la plata obtenida en la final de 4×100 metros libre en equipo. El tiburón de Baltimore, ya era el atleta más grande de todos los tiempos.
Sin embargo, tendría su revancha el mismo día, cuando en la final de 4×200 metros, los americanos lograrían el oro. Esta vez Lochte y Phelps, se vieron correspondidos por el nivel de Dwyer y Berens, quienes juntos lograron un cómodo registro de 6:59:70. Significando el primer oro de Michael Phelps en tierras londinenses.
La noche pareció caerle fenomenal al hombre que enfrentó a un tiburón, pues al día siguiente lograría subir al más grande escalón del podio. En la carrera de 200 metros estilos, derrotaría a su compatriota Ryan Lochte, a quien podríamos considerar como uno de los deportistas con la peor suerte, pues sin la presencia de su compañero había ganado un par de medallas de oro. Con un tiempo que nos hacía extrañar su versión de Beijing, obtenía su primera medalla de oro individual.
Al día siguiente, 2 de agosto, Londres le esperaba con entusiasmo. Las calles cerca del Aquatic Center estaban repletas, todos deseaban ver al campeón en su competencia favorita. Los 100 metros mariposa. Y como si se tratase de una película, la cita de Phelps tenía pinta de revancha, pues tenía de principal rival a Chad le Clos. En una batalla rápida y muy exacta en cuanto a tiempos, el americano logró vengarse y ganar su medalla 21 de los juegos olímpicos.
En el último día de competencias de natación, Michael Phelps y Estados Unidos lograrían otra medalla de oro en el relevo 4×100 metros estilos. Esta vez junto a Grevers, Hansen y Adrian. Con un total de cuatro medallas de oro y dos de plata. El americano terminaba su cita en Londres, por si alguien todavía no le quedaba claro, como el inigualable Michael Phelps. El más grande atleta de todos los tiempos.
8 de agosto de 2012. El mundo se levantó con una mala noticia. Michael Phelps anunciaba su retiro de la natación:
“He podido ir a maravillosas ciudades en mis viajes y no he podido verlas. Veo el hotel y el jardín, eso es todo. Después de estos Juegos, voy a ir y hacer lo que quiera hacer” respondía a una entrevista por la cadena CBS. El tiburón de Baltimore, decía adiós.
¿O no?