Persecución de la Guardia Nacional termina en aparatosa volcadura en Puerto Vallarta

Una persecución de la Guardia Nacional en pleno corazón de Fluvial Vallarta terminó convertida en un verdadero escándalo la tarde de este martes, cuando una de sus unidades oficiales volcó de forma aparatosa sobre la avenida Grandes Lagos, casi en el cruce con Jesús Rodríguez Barba. La camioneta quedó patas arriba, evidenciando no solo la magnitud del accidente, sino también el descontrol con el que se desarrolló todo el operativo.

El resultado: tres elementos de la Guardia Nacional trasladados de urgencia al Hospital Naval, sin que hasta ahora exista una explicación clara sobre qué provocó la volcadura durante la persecución.

A solo unos metros del vehículo siniestrado quedó una motocicleta DM-200 en color verde, presuntamente relacionada con el sospechoso que habría escapado. Sin embargo, ninguna autoridad ha querido precisar si la persecución estaba justificada o si hubo fallas tácticas que derivaron en que terminaran con la unidad destrozada y sus propios elementos lesionados.

Pero lo más preocupante no fue únicamente la volcadura: fue la actitud de los propios guardias nacionales, quienes lejos de transparentar el incidente, se dedicaron a intimidar a la prensa que llegó a documentar los hechos. Aunque inicialmente pidieron identificaciones de manera cordial, en cuestión de minutos cambiaron su postura, volviéndose agresivos y advirtiendo que podían detener a los reporteros simplemente por captar imágenes, ignorando la legitimidad de su labor y la identificación de los medios.

Este comportamiento vuelve a encender los focos rojos sobre la actuación de la Guardia Nacional en Puerto Vallarta: operativos mal ejecutados, persecuciones sin control, unidades volcadas en vialidades concurridas y, para rematar, hostigamiento a los comunicadores, quienes solo cumplen con informar a la ciudadanía.

Al lugar también acudieron elementos de Tránsito Municipal y de la Policía Preventiva, quienes solicitaron la presencia de paramédicos para auxiliar a los uniformados heridos. Estos fueron estabilizados y trasladados al Hospital Naval.

Mientras tanto, el hermetismo continúa: no hay versión oficial, no hay claridad y, como ya es costumbre, queda una estela de dudas sobre la forma en que la Guardia Nacional está operando en la ciudad.