Pausar relaciones diplomáticas

La pausa en las relaciones diplomáticas puede tener repercusiones económicas, frenar inversiones y nuevos contratos entre empresas de ambos países.
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La iniciativa de reforma constitucional lleva meses generado tensión en México porque sus críticos consideran que podría comprometer la independencia judicial al dejar la designación de jueces a una cuestión de popularidad. Este mes incrementaron las voces en su contra, tanto de académicos como de entidades de análisis económico y de los jueces y trabajadores de las cortes federales, que iniciaron un paro de labores y protagonizaron diversas protestas.

¿Qué significa que México haya puesto “en pausa” las relaciones con EEUU y Canadá?

El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), anunció que las relaciones del gobierno mexicano con las embajadas de Estados Unidos y Canadá quedaban “en pausa” tras las críticas que funcionarios de ambos países hicieron a la reforma judicial propuesta por el mandatario.

No es la primera vez que López Obrador pone “en pausa” las relaciones exteriores. En 2022, el presidente utilizó la misma expresión y puso “en pausa” las relaciones con España cuando acusó a las empresas energéticas españolas de tratar a México como “tierra de conquista”, porque aprovecharon condiciones ventajosas de inversión durante los gobiernos anteriores que su administración limitó.

Más que un reclamo formal y menos que una ruptura definitiva, las “pausas diplomáticas” se han convertido en un comodín recurrente de López Obrador, usado a discreción del presidente desde la tribuna diaria de La Mañanera para evidenciar sus diferencias con otros países. El concepto ha estado en el centro de la polémica porque no tiene precedente ni asidero en la política exterior de México ni es habitual en la praxis diplomática de ningún país.

Ya existe un abanico amplio de opciones para ventilar las diferencias entre dos países, que va desde los extrañamientos diplomáticos y el llamado a consultas de los embajadores hasta la ruptura de las relaciones, en su versión más extrema. Cada acción responde al grado de la ofensa y da la pauta a que el otro país responda en esos mismos términos, de acuerdo con el Derecho Internacional. “Las pausas no tienen ninguna validez jurídica, lo que se busca es mandar un mensaje político”.

Las pausas sirven al presidente para cumplir tres propósitos. El primero es que “le permiten enfriar sin congelar la relación con el otro país”. El segundo es ganar tiempo para su siguiente jugada estratégica o evitar entrar de inmediato en temas espinosos en el frente diplomático. Finalmente, le ayudan a ceder la iniciativa, a “invitar al otro país a responder” y definir hasta dónde quiere llevar el desacuerdo, ya sea para reconsiderar su posición o escalar las tensiones.

Normalmente, las pone en marcha cuando no tiene una idea muy clara de cómo se van a mover las cosas ni un plan muy definido de qué hacer.

La pausa en las relaciones diplomáticas puede tener repercusiones económicas. La suspensión de actividades consulares puede frenar inversiones y la celebración de nuevos contratos entre empresas de ambos países.

Además, la incertidumbre política puede afectar la confianza de los inversores y el flujo comercial, lo que podría tener un impacto negativo en la economía mexicana.

Aunque la pausa de relaciones con Embajadas no es tan extrema como la ruptura total de relaciones diplomáticas, esta acción puede escalar las tensiones y complicar la resolución de conflictos.

Es importante destacar que la pausa en las relaciones diplomáticas no afecta la validez de los tratados existentes entre ambos países y no habría que preocuparse sobre si los mexicanos podrían entrar a los Estados Unidos.

 

YJ

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