Párroco del templo de Guadalupe hace un llamado a la paz

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El sacerdote Arturo Arana López, quien apenas hace dos meses asumió el cargo de párroco del céntrico templo de Nuestra Señora de Guadalupe, está viviendo sus primeras fiestas patronales, que lo han sorprendido gratamente, ya que no se imaginó el gran fervor y tradiciones que tienen los vallartenses por la Virgen Morena, a través de más de 400 peregrinaciones por las empedradas calles viejas de la ciudad.

“Yo he percibido en la gente mucha devoción, en comparación con otros años, los que aquí viven me han dicho que cada peregrinación ha venido mas concurrida, sin embargo, unas que estaban programadas y a última hora nos han llamado para decir que no podrán, yo creo que afectaron los años de restricción con motivo de la pandemia, pero hasta ahorita mucha devoción y alegría de parte de todos los peregrinos”, destacó.

El nuevo cura compartió lo que ha observado:

“Me gusta mucho, porque acuden en familia, vienen los papás con sus niños en hombros, las mamás con sus hijos en brazos, vienen los abuelos. Eso es un valor que yo, la verdad, les reconozco a todos los vallartenses. La mayor parte de los que han peregrinado son jóvenes, eso me llena de alegría y mucha esperanza, porque si ellos y los niños se involucran, esta tradición cultural va a durar mucho tiempo más”.

El párroco, Arturo Arana, envió un mensaje de paz a los vallartenses

El Docenario Guadalupano es la expresión cultural y religiosa más arraigada en la región, que se llevan a cabo desde finales del siglo XIX, cuando solo era una capilla, misma que creció, junto con el municipio; Puerto Vallarta, desde su fundación, fue nombrado, por don Guadalupe Sánchez, como Las Peñas de Santa María de Guadalupe, pues llegó a esta tierra el 12 de diciembre de 1851.

Como en pocos lugares, participan todos los sectores de la población en su celebración: hoteles, barrios, colonias, restaurantes, organizaciones civiles, oficios, gremios de trabajadores, cámaras, instituciones del gobierno, clubes de servicio, empresas, clubes sociales y demás parroquias de la región.

En su mayoría, parten donde inicia la avenida Juárez, en su cruce con 31 de Octubre, pero otras salen del sur de la Ciudad, por la Zona Romántica o colonia Emiliano Zapata, incluso, algunos peregrinos recorren tramos más largos, partiendo desde sus centros de trabajo o comunidad.

Las peregrinaciones continúan en Puerto Vallarta

El padre Arana, emocionado, los recibe en la puerta del templo, esparciendo agua bendita y, en su mensaje, ha destacado un llamado a la paz:

“Que la Virgen suscite en todos el deseo de paz, en su momento, cuando el acontecimiento guadalupano en 1531, en lo que hoy  es la Ciudad de México, el primer titulo que podemos darle a la Virgen es de pacificadora, porque se logra la armonía de los diferentes grupos originarios indígenas y nuestra patria esta muy necesitada de paz, las familias necesitan paz”.

Abundó que esa paz tiene que ser construida por todos, “a través de la amabilidad, el respeto, compromiso con los demás, no siendo indiferentes a lo que pasa, sin participar para no meterse en problemas, sin convivir. La verdadera paz es salir al encuentro del otro y verlo como hermano, y tratarlo como tal, ojalá y la Virgen suscite en todos los que vivimos aquí, el deseo de paz, que urge en todos los grupos humanos”.

El presbítero Arturo Arana se ha sumado a los vallartenses y visitantes, que disfrutan de las procesiones, con sus trajes típicos, danzas, veladoras, incienso, flores, carros alegóricos, cánticos, mariachis, bandas, antojitos, juegos pirotécnicos, tañer de las campanas, mañanitas, antorcha y todo lo que se realiza a su alrededor.

Autor

  • Miguel González Guerra

    Orgulloso de ser pata salada, nací en la calle Púlpito a una cuadra de la playa Los Muertos y siempre he vivido en Puerto Vallarta. Egresado del Conalep, diplomado de Periodismo en la UNAM, cursé talleres de comunicación en el periódico El Financiero y la Escuela de Periodismo Carlos Septién García. Desde los 14 años trabajé en la rotativa y formato del diario Nuevo Día, en marzo de 1988 publiqué mi primera columna en Vallarta Opina, inicié con las fuentes de sociales y cultura. Laboré en otros dos diarios de la región y una estación de radio. Desde 1991 formé parte de las filas de Tribuna de la Bahía, en diferentes etapas, cubriendo información general, sobre todo las colonias populares, ejidos, delegaciones, iglesias, escuelas y gobierno. Me gusta pintar, leer, el cine, pasear por la naturaleza y pueblear alrededor.

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