París y Marsella se levantan contra las nuevas restricciones
Los ayuntamientos de París y de Marsella cargaron este jueves contra las nuevas restricciones impuestas la víspera por el gobierno francés para frenar un repunte de contagios de coronavirus, que incluye el cierre de restaurantes, bares y gimnasios, y criticaron una falta de coordinación “inadmisible” con las autoridades locales.
La ciudad de Marsella (sureste), particularmente afectada, calificó de “afrenta” el anuncio de cierre de todos sus bares y restaurantes a partir del sábado y un representante local habló de un “castigo colectivo” decidido de “forma unilateral” por parte del gobierno central.
“Estoy muy enfadada porque no hubo ninguna consulta y eso es simplemente inaceptable”, dijo a la radio France Info la alcaldesa de la segunda ciudad más poblada de Francia, Michèle Rubirola, que pidió al gobierno un plazo de 10 días antes de la aplicación de las nuevas restricciones.
La región Provenza-Alpes-Costa Azul (PACA) anunció que presentará el viernes un recurso ante la justicia para impedir ese cierre de bares y restaurantes.
La alcaldesa de París, Anne Hidalgo, también se mostró crítica con la decisión del gobierno de cerrar los gimnasios e instalaciones deportivas, y de restringir los horarios de los bares de la capital francesa, que deberán bajar las persianas a las 22H00.
Las medidas anunciadas “son difíciles de entender” y fueron tomadas “sin ninguna concertación”, dijo Hidalgo.
“¿Cómo nos ayudará el no poder practicar deporte cuando el deporte forma parte de lo que también nos permite tener una mejor salud y unas defensas inmunológicas más fuertes? Tenemos que discutir de todo esto”, insistió la alcaldesa socialista.
Después de un confinamiento férreo de dos meses que ayudó a frenar el brote, los contagios se han vuelto a disparar desde hace unas semanas en Francia, donde más de 31.000 personas han muerto de covid-19.
Sólo en las últimas 24 horas se han registrado en el país 13.000 nuevas infecciones y la presión en los hospitales, desbordados durante los peores meses de la crisis en la primavera, está aumentando de nuevo.
Sin contramedidas rápidas, “corremos el riesgo de alcanzar una situación crítica en unas semanas”, advirtió el ministro de Salud, Olivier Véran. “El principio de responsabilidad debe primar”, subrayó.
– “Compensar” las pérdidas –
El sector de la restauración, uno de los más afectados por el impacto de la pandemia, se unió a la protesta por las medidas que causaron sorpresa entre muchos, y pidieron nuevas ayudas públicas para sobrevivir a esta crisis.
Es un “duro golpe” para los restaurantes, dijo el presidente de la confederación de las pequeñas y medianas empresas, François Asselin, que predijo que una multitud de empresas podrían quebrar con los nuevos cierres.
El presidente de la principal organización patronal de Francia (Medef), Geoffroy Roux de Bézieux, estimó que el Estado debe “compensar” la totalidad de las pérdidas de explotación de los bares y restaurantes.
“Es urgente porque es una cuestión de supervivencia”, señaló el jueves, previo a una reunión entre ministro de Economía Bruno Le Maire y representantes del sector.
Además de París, el cierre anticipado de los bares afectará también a otras grandes ciudades como Burdeos (suroeste) y Niza (sureste).
En 69 de los 101 departamentos franceses, considerados como en “zonas de alerta”, también quedan prohibidas las reuniones de más de 10 personas en el espacio público, las bodas con más de 30 invitados y los grandes eventos deportivos con más de 1.000 participantes.
Esta última medida debería afectar especialmente al torneo de tenis de Roland Garros, que comenzará el domingo, cuatro meses más tarde de lo previsto, y que ya había previsto reducir su aforo a 5.000 espectadores.