Obispo Luis Artemio fue despedido por los vallartenses en fiestas patronales de El Pitillal
El obispo Luis Artemio Flores Calzada, de la Diócesis de Tepic, a cuya jurisdicción pertenecen las parroquias de Puerto Vallarta, encabezó las multitudinarias fiestas patronales de San Miguel Arcángel en la delegación de El Pitillal. Esto ocurrió un mes antes de ser relevado por monseñor Engelberto Polino Sánchez. Cabe recordar que, tras trece años en el cargo, renunció al cumplir 75 años de edad. Al final de la misa, que concelebró con 19 sacerdotes de la zona, recibió muestras de afecto y reconocimiento de los vallartenses.
Previamente, recibió la peregrinación de los Charros, Ejido Coapinole, Escaramuzas a caballo, Club de la Tercera Edad “Recordar es Vivir”, Familia Villaseñor y Ejido La Palapa. Estaba previsto que hiciera el recorrido en calandria, pero el congestionamiento vial por las obras en el crucero de Las Juntas no le permitió llegar a tiempo.
En punto de las 12:00 horas concelebró la Eucaristía del Pueblo, donde al terminar bendijo a Puerto Vallarta y recibió palabras de agradecimiento. Una feligrés destacó en el micrófono el gran trabajo pastoral de Luis Artemio, quien, como ningún otro, estuvo cercano a las parroquias, dejando atrás la frase de “cada visita del obispo”.
En entrevista con CPS Noticias-Tribuna de la Bahía, indicó que seguirá como obispo emérito y que se quedará a vivir en la región de la diócesis. Compartió que en Puerto Vallarta se sintió como en casa y que piensa volver.
“Sigo siendo obispo y en lo que yo pueda trataré de apoyar al nuevo obispo que venga, y a lo mejor una de esas veces vendré a visitar esta parroquia y a donde me inviten… Me sentí en casa, en una familia. Vallarta puedo decir que me tocó visitar gran parte de las parroquias, y bueno, siento de alguna manera mucha cercanía, el calorcito humano, mucho cariño de la gente, los niños, los jóvenes… Para mí ha sido una familia Vallarta y vengo con mucho gusto, con mucho cariño cada vez que me inviten”, señaló el prelado.
Durante su obispado enfrentó problemas legales en esta ciudad, como la pérdida del Colegio Niños Héroes y la recuperación de la “casa del padre” de la Parroquia de Guadalupe. Respecto al instituto educativo, que aún sigue en disputa, adelantó que le encargará a Engelberto Polino dar seguimiento.
“Es que tiene que asumir la responsabilidad, yo lo apoyaré para indicarle cómo estamos, en qué vamos… Más que nada yo siempre les he dicho: ese colegio es de todos los vallartenses, es una institución que ha formado a mucha gente. Creo que es importante volver a rescatarlo, para que siga siendo un centro formativo cristiano en Puerto Vallarta”, subrayó.
El obispo aseguró que, si el nuevo prelado necesita de su apoyo, lo ayudará. Finalmente, envió un mensaje y bendición a la grey católica vallartense, recordando que lo más valioso es Cristo y la unidad de la familia.
“Sí me voy a sentar con él para platicar y presentarle, de alguna manera, en qué vamos en la diócesis, sobre el plan pastoral que llevamos y todos los proyectos en los que participan sacerdotes, religiosas, fieles y parroquias. Tenemos mucho que platicar y compartirle dónde vamos”, indicó.
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Posteriormente, se le ofreció una comida en la casa parroquial, donde estuvieron los sacerdotes de la ciudad, el comisariado ejidal de Coapinole, la regidora María de Jesús López, el delegado municipal de El Pitillal, Arnulfo Esparza, y el exalcalde Luis Michel.
