Nuevos puestos, nuevas cifras

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Calíope

Los cambios que anunció ayer el presidente López Obrador resultan interesantes y su pertinencia quedará evidenciada precisamente por el contexto en el que se dan.

Graciela Márquez deja la Secretaría de Economía al ser propuesta para la Junta de Gobierno del INEGI, en su lugar queda Tatiana Clouthier, la conocida operadora de la campaña de 2018, diputada por Morena y quien rechazó la candidatura a gobernadora en Nuevo León; Galia Borja se va de la Tesorería para ser subgobernadora del Banco de México y miembro de su Junta de Gobierno, en su lugar queda Elvira Concheiro, académica de la UNAM y cercana a AMLO; por último está Ana Laura López Bautista que fue nombrada como coordinadora general de Puertos y Marina Mercante.

Entre todas tendrán un trabajo monumental, en especial por los tiempos que vivimos, me refiero a la reactivación de la economía. La semana pasada el INEGI adelantó algunos números respecto al cierre de lo que llaman las “unidades económicas”, es decir todas aquellas empresas, desde las más pequeñas hasta las enormes, que producen bienes o servicios y que generan riqueza y empleo.

Toman como punto de referencia mayo de 2019 y desde ahí miden el impacto de la pandemia.

Hace año y medio habían en el país 4.9 millones de unidades económicas y hoy tenemos un millón 100 mil negocios menos, de acuerdo con la Encuesta Sobre el Impacto Económico generado por el Covid-19.

La mayor parte de estos cierres afectó a las micro y pequeñas empresas, que generan el 40% del empleo nacional, pero también perjudicó a las empresas medianas que proporcionan el 38% del trabajo de la población económicamente activa. Sólo las empresas grandes lograron sortear la crisis, sin embargo éstas emplean al 25% de los trabajadores nacionales.

Al mismo tiempo, el INEGI calcula que se perdieron alrededor de 4.2 millones de puestos de trabajo. Las entidades más golpeadas son aquellas que se dedicaban al turismo como Quintana Roo, Baja California Sur y Campeche.

Se suman también los estados que viven de la exportación, entre los que destacan Sinaloa, Tamaulipas y Nuevo León.

Los nuevos nombramientos del presidente deberán considerar estas cifras y corregir el rumbo, dejar atrás la política liberal ortodoxa del gobierno federal (permitir que sobreviva el más apto dentro del mercado salvaje) y aplicar medidas anticíclicas que permitan la recuperación del empleo y la estabilidad económica. Se ve difícil, pero es un buen deseo decembrino.

@cromerogabriell

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