Alto, de manos firmes y palabras suaves, con una sotana blanca doblada sobre el brazo, el sacerdote Francisco López Sedano abrió la puerta al reportero y al fotógrafo y, sin mayor trámite, preguntó: "¿Cuál de ustedes es el del problema?". Por "problema" se refería a estar poseídos por el demonio, ya que el Padre Pancho es exorcista.