Miguel de la Vega Ciudad de México.- De sonrisa rápida y saludo firme, Rosa María Catalá es hija de dos exilios: el de sus padres, de España a Argentina, donde nació; y luego el de toda la familia hacia México, cuando ella tenía apenas 13 años. Fue entonces que conoció uno de los frutos del exilio republicano español: el Colegio Madrid, del cual hoy es la directora. ¿Cómo se vive el doble exilio? Viéndolo en retrospectiva, 40 años en México se viven como un sincretismo, como una circunstancia de vida que me enriquece mucho desde el principio. Yo nací en Buenos Aires, pero en mi casa y en mis calles se hablaba en catalán, pues vivíamos junto con otras 150 familias de inmigrantes, donde no sólo había niños españoles, sino también italianos, alemanes...