Boletín de Prensa
Agencias
Madrid, España.-
Robben cabecea un balón, a la desesperada mientras Simeone se desgatiña en la banda. Oblak atrapa y, en medio del ruido de 55.000 gargantas que cantan una y otra vez un ale, ale, ale altísimo, se escucha un pitido que suena a liberación. Es del árbitro, Marciniak. Es el final. El Atlético ha vuelto a hacerlo. Ganarle al Bayern. Otra vez. Esta vez. El viejo Calderón levita.
Bayern. Es inevitable que un rojiblanco no escuche esa palabra y no sienta un pellizco en el pecho. Aunque lo de 1974 ya se cerrara. Aunque esa herida ya no duela. Aunque esta sea una historia escrita en otro cuaderno, en otra Champions, es decir Bayern y pensar en muchas cosas. La primera, abril aunque ahora fuera septiembre. Si hubo un equipo que lo tuvo presente fue el Bayern: salió como si la vuelta de aquella semifinal aún no hubiera terminado de jugarse.