“Negación de la presidencia”

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La 4T (que nadie sabe qué significa) es un ajedrez político con movimiento de piezas, sirvan o no, sean honestas o no, sean aptas para el puesto o no. La única condición es estar en el tablero, y a la disposición del único jugador que maneja todas las fichas y que es el presidente en turno.

En selección puede haber varios candidatos para un puesto, pero requiere la bendición del presidente en turno. Este procedimiento no es nuevo y se ha repetido con todos los presidentes, pero sirve como filtro para buscar las mejores opciones.

La diferencia con este régimen es que los puestos son premios por supuesta lealtad o amistad, no por capacidad probada.

Vemos a una secretaría de economía que no sabe nada de economía, vemos un piloto aviador como administrador del aeropuerto más importante de México, vemos a una delincuente probada como candidata al Gobierno del Estado de México, después de un gran fraude en Diconsa, su director es protegido y trabaja en la Secretaria de Gobernación, el ex gobernador de BC es protegido por el Senado, no obstante su descalificación de un tribunal electoral por violación de la Constitución más acusación de delitos en su administración y sigue intocable, el embajador en España por apoyo electoral, la cónsul en Barcelona como premio a su cooperación, ambos sin ningún antecedente diplomático más numerosos casos más.

Soñando un poco, podríamos creer que, al jurar solemnemente como presidente de México, se eleva de nivel y su preocupación es su país en primera instancia, no sus intereses personales, o fortalecer su red electoral para detentar más poder, o violar sistemáticamente las leyes que tiene que respetar y manipular al “pueblo” con promesas y mentiras.

La falta de cumplimiento de las promesas hechas en la toma de posesión y los compromisos adquiridos en su juramento de aceptación son letra muerta.

Pero analizando sus actos de gobierno que han causado tanta ámpula en las gentes pensantes no se puede definir si son producto de una maquinación maquiavélica o basados en necedades a ultranza. Cualquiera que sea la causa la mayoría de los resultados son negativos.

Por eso, somos testigos de la auténtica “negación de la presidencia”.