Navarro Quintero revela la batalla oculta con Mirtha ‘N’: no podía ni entrar a Bahía

El mandatario confesó que durante tres años no pudo ingresar al municipio tranquilo debido al control férreo de la ex alcaldesa y una red de corrupción que protegía intereses inmobiliarios
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Navarro Quintero.

A días de haberse instaurado un nuevo gobierno en Bahía de Banderas y a meses de la expulsión de la escena política y pública de la exalcaldesa Mirtha “N”, así como la persecución legal en su contra, el gobernador de Nayarit, Miguel Ángel Navarro Quintero, reveló detalles sobre su conflicto con la exedil, que duró cerca de tres años, señalando que ni siquiera podía entrar al municipio.

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En una rueda de prensa en la Universidad Tecnológica de Bahía de Banderas (UTBB), donde se abordaron temas de seguridad, Navarro se sinceró, destacando que el municipio se estaba descontrolando en cuestiones de delincuencia, quienes debían proteger a los ciudadanos, dijo, filtraban información o estaban coludidos con criminales.

“Aquí entro después de tres años de ausencia, pero no porque quisiera, es la realidad. Fueron situaciones difíciles de confrontar, inimaginables para ustedes. Bahía de Banderas se volvió la manzana de la discordia: todos querían comprar barato para vender después en cantidades millonarias. El que era presidente municipal servía a esos intereses, no a los intereses sociales”, reveló.

Además, mencionó el llamado “Cártel Inmobiliario”, investigado por la Fiscalía de Nayarit, el cual afectaba la inversión turística, con “moches” que exigían dinero o departamentos a cambio de licencias de construcción. Este esquema generaba una presión constante en el empresariado y mantenía al gobernador en vela.

“¿Qué había antes? Una discordancia, porque el municipio bloqueaba a los desarrolladores las licencias. (…) Antes te decían: ‘Me pagas y te libero la licencia de construcción’. Hoy no. Estamos llevando a cabo carpetas de investigación”.

Navarro recordó que el pasado 2 de junio, día de elecciones, cuando estuvo en Bahía de Banderas para supervisar la seguridad, confesando que su presencia evitó el establecimiento de prácticas delincuenciales.”Tenía que comandar esto, no podía permitir que se instauraran situaciones delincuenciales. No vine a depender de la delincuencia, vine a combatirla”, concluyó.

Ahora se percibe a un Navarro Quintero más tranquilo en el municipio. Desde marzo, tras la solicitud de licencia de Mirtha “N” y la llegada de Lía Castro, se reanudaron sus visitas a Bahía de Banderas, incluyendo su participación en una sesión solemne en agosto pasado.

Con la llegada de Santana García, se espera que el mandatario recupere el control de un territorio que, hasta hace poco, parecía “una tierra aparte” en la que solo podía entrar a escondidas o bajo estricta vigilancia.

Isrrael Torres