NASA descubre azúcar y “chicle espacial” en el asteroide Bennu, un hallazgo clave para el origen de la vida

Las muestras de OSIRIS-REx revelan glucosa, ribosa y un compuesto orgánico nunca antes visto, reforzando la teoría de que los asteroides pudieron sembrar la vida en la Tierra.
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NASA foto del asteroide Bennu

La NASA confirmó un descubrimiento histórico, las muestras del asteroide Bennu, traídas por la misión OSIRIS-REx, contienen azúcares básicos para la vida (como glucosa y ribosa) y una sustancia orgánica nunca antes vista, apodada “chicle espacial”.

Estos hallazgos fortalecen la teoría de que los asteroides pudieron sembrar la Tierra primitiva con los elementos esenciales para el origen de la vida.

Los investigadores detallaron que los componentes encontrados no son exclusivos de nuestro planeta, sino universales, lo que plantea un escenario en el que la vida podría ser un fenómeno común en el cosmos.

Hallazgos clave en Bennu

Por primera vez en una muestra extraterrestre pura se detectó glucosa, el azúcar que provee energía a las células. También se identificó ribosa, una pieza fundamental del ARN, la molécula que transporta la información genética.

Entre los granos de polvo y roca apareció además una sustancia orgánica compleja, pegajosa y totalmente inusual. El equipo la nombró “chicle espacial”, un material polimérico que no corresponde a los minerales típicos encontrados en meteoritos.

Las muestras revelaron asimismo que Bennu posee alto contenido de carbono, que representa cerca del 5% de su masa, y agua, lo que apunta a que el asteroide formó parte de un antiguo mundo acuático. A esto se suma la presencia de triptófano, un aminoácido clave para la vida.

Implicaciones para el origen de la vida

Los científicos señalan que estos descubrimientos demuestran que los “bloques de construcción biológicos” son productos comunes del universo, no un milagro terrestre.

Asteroides como Bennu pudieron actuar como “repartidores cósmicos”, llevando a la Tierra primitiva los ingredientes necesarios para iniciar la vida.

Este conjunto de moléculas (aminoácidos, bases para ADN, ácidos carboxílicos, azúcares y compuestos poliméricos complejos) constituye el “kit completo” para formar sistemas biológicos, lo que aumenta las posibilidades de que la vida exista en otros lugares del cosmos.

Un hallazgo que superó todas las expectativas

Lo que OSIRIS-REx trajo de vuelta en su cápsula superó cualquier pronóstico. Aunque descubrimientos previos ya habían revelado agua o carbono en otros cuerpos celestes, esta vez la NASA confirmó la presencia de azúcares esenciales, algo nunca antes identificado en muestras extraterrestres intactas.

El análisis, publicado en Nature Geoscience y liderado por Yoshihiro Furukawa, de la Universidad de Tohoku (Japón), examinó apenas 603 miligramos de material.

Pese a la pequeña cantidad, los resultados demostraron una diversidad de azúcares significativos, incluida la glucosa. El hallazgo es histórico: nunca se había identificado esta molécula en una muestra sellada y libre de contaminación terrestre.

La detección de ribosa refuerza aún más su importancia, ya que se trata de un componente esencial del ARN que suele degradarse con facilidad.

Su presencia indica condiciones químicas específicas dentro del cuerpo padre de Bennu, probablemente vinculadas a reacciones en presencia de agua en las primeras etapas del sistema solar.

El enigma del “chicle espacial”

Entre los hallazgos más sorprendentes está la sustancia descrita por Danny Glavin, co-investigador de la misión en el Goddard Space Flight Center, como un verdadero “chicle espacial”.

Los análisis mostraron que se trata de un material orgánico polimérico único, una especie de “gominola cósmica” cuyo origen aún se investiga.

Su presencia sugiere que Bennu no solo conserva escombros primitivos, sino que también funcionó como un laboratorio químico, capaz de producir macromoléculas similares a las que se encuentran en organismos vivos.

Las muestras incluyen además polvo de estrellas más antiguo que el Sol, restos de antiguas supernovas atrapados en la estructura del asteroide.

Un vistazo profundo al pasado del sistema solar

La estabilidad de compuestos como la glucosa y la xilosa en las muestras (unida a la presencia inesperada de ribosa) indica que el cuerpo original de Bennu experimentó actividad acuosa y condiciones químicas particulares poco después de la formación del sistema solar.

De acuerdo con la NASA, se trata de la evidencia más sólida hasta ahora de que los elementos fundamentales de la biología son productos naturales de la química cósmica.

En otras palabras, la vida no parece ser un milagro aislado, sino un proceso que podría repetirse en múltiples rincones del universo.

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