Las mujeres de Guerrero como moneda de cambio

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Debido a una práctica considerada “de usos y costumbres”, en la montaña de Guerrero las mujeres son tratadas como moneda de cambio al ofrecerlas en matrimonio.

 

Centro de Derechos Humanos Tlachinollan

En el informe XXVII del Centro de Derechos Humanos Tlachinollan se indica que atendieron cuatro casos de niñas que fueron obligadas a casarse por haber sido “compradas” a la familia y quienes, por supuesto, sufrieron violencia sexual.

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El informe describe a esa región como una de las más marginadas no solo de Guerrero sino de todo México. Ahí habitan comunidades originarias pertenecientes a los pueblos Na´Savi, Mè´phààl y al Naua.

De 480 casos que llegaron al Centro:

  • 212 fueron hombres
  • 268 mujeres

 

¿Usos y costumbres?

El Centro refiere que de siete casos sobre violencia sexual de víctimas menores de edad, cuatro fueron por matrimonios infantiles.

Al respecto, el informe explica que:

“Lo que antes era una práctica de usos y costumbres, actualmente se ha desvirtuado, ha perdido la dimensión comunitaria, ahora se ha individualizado, y ha prevalecido el criterio mercantil que cosifica a las mujeres, las ha transformado como si fuesen moneda de cambio”.

Además, cuando las niñas y mujeres se convierten en “esposas”, padecen violencia física, psicológica y económica.

 

Las raíces del matrimonio infantil

Especialistas del Centro de Derechos Humanos Tlachinollan precisan que las raíces del matrimonio infantil son complejas:

“Pero lo que está de antesala es la pobreza, la falta de empleos, la educación, la migración interna y hacia Estados Unidos, por lo que es necesario que el Estado garantice también el derecho a la educación, la salud y al trabajo de las comunidades indígenas y particularmente los derechos de las mujeres, niñas y adolescentes”.

Sin embargo:

“A pesar de que existen diferentes instituciones gubernamentales para atender, prevenir, sancionar y erradicar la violencia hacia las mujeres, esta atención en la mayoría de los casos no es adecuada ni suficiente”.

 

Los primeros cambios

Algunas comunidades han decidido firmar acuerdos que prohíben la venta de niñas, como es el caso de Juquila, Yuvinani y Valle de Durazno, sin embargo no se han hecho valer y los matrimonios infantiles continúan sucediendo.

En el año 2019, autoridades de San Juan Puerto Montaña firmaron un documento que prohíbe la venta de niñas.