Muertes en Turquía y Siria escalan a 11,200 tras terremoto
Este miércoles, el nuevo balance de muertos del terremoto de magnitud 7,8 que sacudió el lunes a Turquía y Siria supera los 11,200 muertos.
En Turquía el número de muertos alcanzó los 8,574, así lo informó el presidente turco Recep Tayyip Erdogan, que visitó la ciudad de Kahramanmaras, epicentro del terremoto, y en Siria 2,662 cuerpos fueron recuperados de los escombros.
Según el presidente turco, 50,000 personas resultaron heridas. Los socorristas y las autoridades sirias, por su parte, mencionaron 5,000 heridos.
“Hemos tenido dificultades al principio con los aeropuertos y en las carreteras, pero hoy estamos mejor y mañana estaremos mejor”, afirmó el jefe del Estado turco, ante las críticas y el enojo por la lentitud de la ayuda.
Socorristas en Siria pide ayuda
Los Cascos Blancos, socorristas de las zonas rebeldes de Siria, imploraron el miércoles a la comunidad internacional el envío de equipos de rescate para ayudarles a salvar a personas atrapadas bajo los escombros tras el devastador terremoto del lunes.
Estas zonas cercanas a Turquía no tienen ayuda del gobierno sirio y suelen depender de la ayuda del gobierno de Ankara, que ahora lucha contra la catástrofe en su propio territorio.
“Pedimos a la comunidad internacional que asuma su responsabilidad por las víctimas civiles. Necesitamos que los equipos internacionales de rescate entren en nuestras zonas. Es una carrera contrarreloj, cada segundo muere gente bajo los escombros (…) Cientos de familias siguen desaparecidas o atrapadas bajo los escombros”, declaró Mohammad Al Chebli, portavoz de los Cascos Blancos.
Asegura que desde el terremoto se han movilizado más de 3.300 voluntarios de los Cascos Blancos, pero su personal y equipamiento siguen siendo muy insuficientes.
“No hay perros rastreadores para determinar qué edificios derrumbados tienen víctimas debajo”, dice Chebli.
Los socorristas trabajan en condiciones difíciles, con frío y con antorchas por la noche, y tienen la ayuda de la población local, que intenta retirar los escombros con picos y palas y, a veces, con sus propias manos.
A medida que pasa el tiempo, “las posibilidades de salvar a la gente son cada vez menores”, dijo el portavoz
Con información de AFP