Muere Björn Andrésen, el recordado Tadzio de Muerte en Venecia, a los 70 años

El actor y músico sueco, conocido mundialmente como “el chico más bello del mundo” tras su papel en la cinta de Luchino Visconti, falleció el sábado a los 70 años, según informó el diario sueco Dagens Nyheter.
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Björn Andrésen

Björn Andrésen, el actor y músico sueco que alcanzó fama internacional al interpretar a Tadzio en “Muerte en Venecia” (1971), murió a los 70 años.

La noticia fue anunciada por el periódico sueco Dagens Nyheter, que informó que su fallecimiento ocurrió el sábado. Hasta el momento, no se ha dado a conocer la causa de su muerte.

Nacido el 26 de enero de 1955 en Estocolmo, Suecia, Andrésen tenía solo 15 años cuando fue elegido por el director italiano Luchino Visconti para encarnar al joven objeto del deseo en la adaptación cinematográfica de la novela de Thomas Mann.

Su interpretación lo convirtió de inmediato en un símbolo de belleza juvenil. El propio Visconti lo describió como “el chico más bello del mundo”, una etiqueta que marcaría su vida para siempre.

Aunque el éxito de Muerte en Venecia lo catapultó a la fama, Andrésen confesó en diversas entrevistas que esa exposición temprana tuvo un costo emocional muy alto.

Llegó a decir que se sintió “como un animal exótico enjaulado”, refiriéndose a la forma en que fue objeto de admiración y explotación.

Su historia fue retratada décadas después en el documental “The Most Beautiful Boy in the World” (2021), donde reflexionó sobre los efectos de la fama precoz y el impacto psicológico que vivió tras convertirse en un ícono mundial.

La vida de Andrésen estuvo marcada también por episodios dolorosos. Su madre se suicidó cuando él tenía 10 años, y fue criado por sus abuelos maternos.

A lo largo de los años, combinó su carrera en el cine con la música y llegó a tener gran popularidad en Japón, donde fue considerado una figura pop.

Además de su célebre papel en Muerte en Venecia, participó en producciones posteriores como “Midsommar” (2019), de Ari Aster, demostrando su versatilidad artística y su capacidad para reinventarse.

Una influencia que trascendió el cine

La figura de Björn Andrésen no solo marcó la historia del cine europeo, sino que se convirtió en una referencia estética universal.

Su imagen como Tadzio (el adolescente andrógino, melancólico y enigmático) definió un arquetipo de belleza que influenció profundamente a la cultura popular, especialmente en Asia.

El propio Hayao Miyazaki se inspiró en él para crear a Howl, el protagonista de “Howl’s Moving Castle” (2004). Del mismo modo, su aspecto y aura sirvieron de modelo para personajes icónicos del manga y el anime como Griffith (Berserk), Ash Lynx (Banana Fish), Kaworu Nagisa (Neon Genesis Evangelion) y Oscar François de Jarjayes (La Rosa de Versalles).

Críticos y artistas han señalado que Björn Andrésen es una de las principales raíces del ideal japonés del bishōnen, el “joven bello y trágico” que representa la dualidad entre inocencia y deseo.

Incluso músicos del movimiento visual kei, como Mana de Malice Mizer, han reconocido su influencia en la estética andrógina que definió la escena visual japonesa de los años noventa.

Su legado, por tanto, trasciende el cine: vive en la animación, en la música, en la moda y en la concepción moderna de la belleza ambigua.

Con su muerte, el cine europeo despide a una figura que trascendió generaciones y que, más allá de su belleza, dejó una reflexión profunda sobre los costos de la fama infantil y el peso de los mitos que impone la industria cinematográfica.

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