Muere activista anticubrebocas y antivacunas por Covid-19

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“Me importa más la libertad que tu salud personal”. Ese era el argumento que Caleb Wallace utilizaba frente a las autoridades que urgían a la gente a respetar las medidas sanitarias contra el coronavirus.

Wallace, quien falleció el sábado pasado en Texas por Covid-19, aseguraba que las cosas en Estados Unidos no estaban bien. Opuesto al uso de cubrebocas, distanciamiento social y cierres de negocios, decidió tomar cartas en el asunto y creó, junto con otro líder negacionista, Coco Simpson, un grupo llamado “Defensores de la Libertad” en San Angelo, Texas, a través del cual, organizó una serie de marchas el año pasado en contra de las medidas sanitarias no sólo en el estado, sino a nivel nacional.

En noviembre de 2020, durante un evento para actualizar la información sobre el coronavirus, aseguró: “No puedo notar la diferencia si tengo la libertad de respirar aire libre o respirarlo detrás de esta cosa [el cubrebocas]”.

Wallace, de 30 años, padre de tres hijas y quien esperaba a su cuarto hijo junto con su esposa Jessica, aseguraba erróneamente que “hay tan poca evidencia de que los cubrebocas funcionan para alguien”, que las autoridades debían “rescindir inmediatamente” todas las políticas relacionadas con el Covid-19.

Enfrentado sobre el tema de los derechos constitucionales, Wallace insistía: “Mi salud no tiene nada que ver contigo. Por duro que suene, nuestros derechos fundamentales, constitucionales, protegen eso. Lo siento si esto resulta tan contundente y no me importa. Me importa más la libertad que tu salud personal”.

Wallace era también coordinador estatal de los Minutemen y las protestas que encabezó en Texas generaron atención en el país. Una de las más recordadas tuvo lugar en julio de 2020, en San Angelo, Texas, donde los manifestantes rechazaron, además del uso de cubrebocas y los cierres de negocios, las evidencias científicas sobre el Covid-19.

De acuerdo con reportes de medios estadounidenses, Wallace también consideraba que los mandatos para las vacunas violaban los derechos constitucionales de las personas.

Todavía en abril pasado, Wallace escribió una carta dirigida al distrito escolar de San Angelo para exigir la anulación de todas las medidas de prevención contra el coronavirus.

El pasado 26 de julio, Wallace comenzó a sentirse mal, pero se negó a hacerse la prueba del Covid-19. En vez de ello, decidió tomar vitamina C, zinc, e ivermectina, un medicamento contra los parásitos que los médicos insisten no es eficaz contra el coronavirus, pese a que se hizo popular.

El 30 de julio, al empeorar su situación, fue ingresado a la sala de emergencias. No mejoró. Desde el 8 de agosto estaba inconsciente, respirando con ayuda de un respirador artificial.

El sábado pasado, falleció. “Caleb murió en paz. Vivirá siempre en nuestros corazones y mentes”, dijo Jessica en la página de GoFundMe que creó para pedir ayuda económica ante los costos del tratamiento de su esposo. La campaña había recaudado 71 mil 15 dólares.

Un día antes de su muerte, Jessica posteó este mensaje en las redes sociales.

“Era un hombre imperfecto, pero amaba a su familia y a sus hijas más que a nadie. A quienes le deseaban la muerte, lamento que sus puntos de vista y opiniones los hayan lastimados. Recé para que pudiera salir de la enfermedad con una nueva perspectiva y un mayor respeto por la vida. No puedo decir más porque no puedo hablar por él”.

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