Miguel Mateos hace vibrar Monterrey celebrando 40 años de éxitos

El rockero argentino celebró cuatro décadas de carrera con un concierto íntimo, poderoso y lleno de nostalgia en el Escenario GNP de Monterrey.
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Miguel Mateos en Monterrey

El Escenario GNP Seguros de Monterrey registró un lleno total para recibir a Miguel Mateos. El músico argentino regresó a Monterrey con la energía intacta de 40 años de carrera.

El público, compuesto principalmente por seguidores de su generación, llegó dispuesto a cantar. La emoción se sintió desde los primeros minutos, cuando las luces marcaron el inicio del recorrido musical.

Mateos abrió la noche con algunos de sus mayores éxitos. Sonaron “Tirá para arriba”, “Bailo con mi sombra” y “Es tan fácil romper un corazón”.

La respuesta del público fue inmediata. Los asistentes cantaron cada verso y acompañaron al músico con una entrega constante.

“Cuando seas grande” despertó una de las ovaciones más fuertes del concierto. Mateos agradeció el cariño y mantuvo un diálogo permanente con sus seguidores.

La banda que lo acompañó mostró una ejecución impecable. Su hijo Juan participó con presencia y solidez, mientras su hermano Alejandro Mateos baterista histórico, sostuvo el ritmo con precisión inconfundible.

Mateos presentó también a un músico mexicano invitado. Su participación aportó un toque fresco y una conexión especial con el público regiomontano.

El repertorio incluyó varios covers del rock en inglés de los años ochentas, como Everybody wants to rule the world de Tears for Fears. Estas versiones evocaron memorias colectivas y reforzaron el ambiente nostálgico del concierto.

El momento más emotivo llegó con “Lola”, del disco Kryptonita de 1991. Antes de interpretarla, Mateos compartió la historia que inspiró la canción.

Recordó que una niña de Ciudad Juárez le entregó una carta pidiendo ayuda. La menor sufría abuso por parte de su padre y fue rescatada por un travestí de la vida nocturna juarense. Narró que años después ya en los 2020’s se encontró a Lola y su hija como colofón a una historia que logró terminar bien.

El cantante pidió al público luchar contra el abuso infantil. El foro guardó silencio y luego respondió con aplausos prolongados.

La presentación se extendió por casi dos horas.

El Escenario GNP permitió una cercanía visual y emocional imposible en recintos mayores.

Foto: CPS / H. Lynn

El espacio íntimo facilitó una interacción directa entre Mateos y sus seguidores. El argentino dirigió coros, lanzó bromas y motivó a ponerse de pie durante gran parte del concierto.

“Los veo gorditos y gorditas”, dijo con humor para animar al público. La frase provocó risas y dio pie a una participación masiva en el baile.

La energía se mantuvo elevada a pesar de los años que muestran sus asistentes. Nadie dudó en levantarse, cantar y revivir su juventud entre acordes clásicos.

La noche cerró entre aplausos largos y rostros satisfechos.

Miguel Mateos confirmó en Monterrey que su legado musical sigue vivo y vigente.

JB

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Hugo Lynn