México hace el ridículo ante Colombia: una derrota que desnuda todas sus carencias

Vergonzoso. No hay otra palabra para describir lo ocurrido este sábado en Arlington, Texas. La Selección Mexicana fue humillada 4-0 por Colombia en el AT&T Stadium ante más de 70 mil aficionados que, entre abucheos y resignación, atestiguaron otro capítulo negro del Tricolor. Un golpe de realidad brutal para el equipo de Javier Aguirre, que sigue repitiendo los mismos errores de siempre: poca idea, nula reacción y un futbol que no emociona ni convence.
Lo de México fue un desastre en toda la línea. Luis Ángel Malagón, portero del América, tuvo una actuación para el olvido, participando directamente en dos de los cuatro goles colombianos: primero, una salida nula en el tanto de Jhon Lucumí al minuto 16; después, un error garrafal en la salida para el gol de Carbonero, que significó el cuarto para los sudamericanos. En una Copa del Mundo, errores así se pagan con la eliminación inmediata, y hoy México demostró que no tiene portero confiable a menos de un año de que inicie el Mundial 2026.
Jorge Sánchez volvió a ser un desastre por la lateral derecha. Superado una y otra vez por los atacantes sudamericanos, el jugador del Cruz Azul ofreció una actuación indigna de un seleccionado nacional. Con Rodrigo Huescas fuera por lesión, parece que el “Vasco” Aguirre no tiene más remedio que mantener a Sánchez, aunque su nivel actual sea alarmantemente bajo.
El resto del equipo tampoco se salva. No hubo medio campo, no hubo ideas, y mucho menos hubo contundencia. La delantera mexicana, encabezada por Santiago Giménez, fue un fantasma. El equipo luce desconectado, sin liderazgo ni carácter. Los goles de Luis Díaz (56’), Jefferson Lerma (64’) y Johan Carbonero (87’) sellaron la paliza, mientras Aguirre se desgastaba más gritando a los árbitros que buscando soluciones tácticas.
Y si bien el silbante Ismail Elfath dejó de marcar un penal clarísimo para México y permitió que los colombianos lo increparan sin sanción, eso no justifica la inoperancia total del Tricolor. Lo preocupante no es solo el resultado: es la forma, la apatía, la ausencia de identidad.
México no compite, no propone y no emociona. Y si no cambia de inmediato, el Mundial que organizará en casa podría convertirse en una vergüenza monumental.
El equipo viajará este domingo a Guadalajara para entrenar en la Academia AGA y preparar su segundo amistoso ante Ecuador, el martes en el Estadio Akron. Otra prueba y otra oportunidad de no volver a hacer el ridículo.
