Masajes en México aún no son tradición

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Gladys Maribel es una alegre masajista que trabaja en la playa Camarones, su mesa se ubica en la bocacalle del hotel Hacienda Buenaventura.

Hace 20 años se dedica a dar masajes y a hacer peinados a los turistas en la playa Camarones, junto a tres compañeros. Ella estudió las diferentes terapias de masaje y alternativas, esta es una tradición que heredó de su parte. Cada seis meses tiene que capacitarse en el Cecati, alternando las diferentes terapias que aplican a sus clientes.

Los clientes son variados pero predominan los extranjeros. Los mexicanos, dice, no están muy impregnados de la cultura del masaje. Sobre los beneficios de un masaje, Gladys comenta que puede ser relajamiento por estrés, disminución de dolor por el nervio ciático, o simple placer corporal.

Las jornadas de trabajo fluyen a diferente ritmo, en el periodo de invierno suelen tener un desfile constante de clientes extranjeros, y en las vacaciones de verano la situación es más lenta. En un buen día de trabajo pueden hacer hasta seis masajes; el costo depende del tipo de terapia, a partir de los 800 pesos por una hora de masaje relajante.

Este equipo de masajistas está disponible de lunes a domingo de 11 de la mañana a 6 de la tarde, a menos que el periodo esté muy tranquilo y se vayan a descansar, lo que afortunadamente, no es seguido.

Ella dice que no le gusta su trabajo, sino que le encanta, lo realiza con profesionalismo, entusiasmo y calidez para complacer a sus clientes. Gladys Maribel comenta que entiende que es diferente la economía de los residentes locales, por lo que ofrece su servicio de masaje con un precio especial para que más personas vivan esta experiencia.

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