El Maracanazo: el día más gris en la historia de Brasil
Brasil es la tierra de la samba, la caipirinha y las garotas. Son conocidos internacionalmente como un pueblo alegre y carismático. Sin embargo, ¿cómo una sociedad tan grata para el festejo y espectáculo, podría apagarse de un momento a otro? No hay otra explicación, más que por su deporte predilecto y la razón por la cual muchos de nosotros reconocemos a la bandera de Brasil con suma facilidad. El fútbol.
Era 1950, la guerra de Corea comenzaba al otro lado del mundo. Pero en tierras sudamericanas se llevaba a cabo el cuarto mundial de futbol masculino organizado por la FIFA. Un 24 de Junio, el país de Brasil era anfitrión de un evento internacional, que cada día, cogía más fuerza. La Segunda Guerra Mundial había impedido que se llevara a cabo los últimos doce años, por lo que la espera era grande.
Aunque se trataba del segundo torneo en tierras sudamericanas, Argentina, Perú, Ecuador y Colombia no participaron por diversos problemas con la FIFA y la Confederación Brasileña de Deportes. Por parte del resto del mundo, los alemanes y japoneses fueron los ausentes de mayor renombre debido a sus participaciones en la Segunda Guerra Mundial. Al final fueron trece las selecciones que participarían en el evento. 6 europeas vs 7 americanas.
El grupo 1 juntaba a Brasil, Yugolsavia, Suiza y a la selección Mexicana. Grupo 2; Inglaterra (quien jugaba su primera cita mundialista), España, Chile y Estados Unidos. Grupo 3; Italia, Suecia y Paraguay. Grupo 4; Uruguay y Bolivia. La repentina cancelación de tres selecciones dejó al último grupo con solo dos equipos.
Brasil abriría su mundial frente a México y estrenando el Maracaná, les goleaba con suma facilidad (4-0), empataba 2-2 con el equipo Suizo y en la última jornada disputaba el pase a la siguiente ronda frente a Yugolsavia, a la cual derrotaría 2 a 0, nuevamente en el Maracaná. Aquella Brasil comandada por el crack del momento Zizinho ya estaba en la fase final.
En el grupo 2, todos estaban pendientes de la selección inglesa, los creadores del futbol que por fin se habían atrevido a disputar el mundial. Sin embargo, terminaron decepcionando a todos. Una derrota histórica frente a Estados
Unidos (0-1) y otra derrota por la mínima frente a la España de Telmo Zarra les dejaba sin posibilidades de avanzar. Inglaterra fracasaba y España lograba el pase a la fase final.
El grupo 3 también tuvo sorpresa, y es que la favorita Italia, terminó cayendo frente a Suecia y aunque logró la victoria frente a los paraguayos, era el equipo sueco los que avanzaban.
En el grupo 4, clasificó con suma facilidad la selección uruguaya, 8-0 frente a Bolivia. Cada continente metía dos participantes a las instancias de muerte súbita.
En la fase final, un todos contra todos, terminaba con las dos selecciones sudamericanas en la última jornada definiendo el campeonato. Suecia y España terminarían disputando el tercer lugar en Pacaembú, donde por goles de Sundqvist, Melberg y Palmér, el vasco Zarra veía destruida sus posibilidades de marcar historia con su país.
Brasil con 4 puntos por sus dos victorias frente a los europeos se medía contra Uruguay que con 3 puntos (un empate frente a España y un 3-2 a Suecia) necesitaba la victoria para conseguir el trofeo. En Brasil había fiesta, el equipo de Zizihno era superior, eran locales y bastaban con un empate para ser campeones. La sociedad de Brasil y sobre todo en Río de Janeiro se daba por hecho el campeonato. Sin embargo, la historia tenía preparado otra cosa.
“Solo tres personas en la historia han conseguido callar al Estadio Maracaná: El Papa, Frank Sinatra y yo” –Alcides Ghiggia
El 16 de Julio de 1950, el Maracaná recibía más de 170 mil personas. Un partido de “trámite” para que esos mismos espectadores salieran a festejar a las calles. Brasil dominó el primer tiempo y Friaca anotaba el primer gol del partido. El público local reventaba de júbilo. Sin embargo, el segundo tiempo fue una autentica película de terror para Brasil, al minuto 66, Alcides Ghiggia más inspirado que nunca escapó por la banda derecha y con un pase al medio del área, un libre Juan Alberto Schiaffino remataba e igualaba el partido. El público ya dejaba de festejar con regocijo, pero optimistas aún, pues el empate les daba el título. Desafortunadamente para los locales, Ghiggia superaba la marca de Bigode y después de un amague, fusilaba al arquero Moacir Barbosa quien no pudo evitar que esa pelota pasara. Uruguay liquidaba el partido al minuto 79, pues su bloque defensivo que tanto les caracterizaba y un Gastón Máspoli espectacular evitaron el empate. De esa forma Uruguay daba el golpe más fuerte que ha recibido Brasil en una copa del mundo. Los uruguayos fueron los únicos en celebrar, pues el estadio permaneció en silencio y el seleccionado brasileño se fue directo a las regaderas. Un día marcado en la historia del fútbol mundial, el Maracanazo.
Aquel 16 de Julio representó un gran y peculiar cambio para la selección brasileña. Debido a la derrota, se decidió que jamás volverían a usar su equipación tradicional, blanca y azul. En su lugar, optaron por un peculiar diseño verde y amarillo. Fue entonces que nació el sobre nombre “Canarinha” o la “Verde-Amarela”. A pesar del gran golpe emocional, los brasileños sabrían levantarse mundiales después, hasta convertiste en lo que son hoy, la selección con más Copas del Mundo.