Mapaches muestran signos de domesticación: Estudio revela cambios físicos por convivencia con humanos

FOTO: Especial
Un nuevo estudio de la Universidad de Arkansas plantea que los mapaches que viven cerca de las personas podrían estar iniciando un proceso temprano de domesticación.
La investigación revela que estos animales están experimentando cambios físicos provocados por su continua convivencia con humanos, especialmente en zonas urbanas.
La investigación analizó miles de fotografías de iNaturalist y encontró que los mapaches de ciudad presentan el hocico un 3.56% más corto en proporción con el cráneo frente a los de campo. Este rasgo coincide con características del denominado “síndrome de domesticación”.
Un proceso que comienza sin intervención humana
El estudio cuestiona la idea tradicional de que la domesticación inicia cuando los humanos capturan y crían animales salvajes.
Sus autores sostienen que el proceso empieza mucho antes, cuando las especies se habitúan a los entornos humanos y se adaptan gradualmente.
Un nuevo estudio revela que los mapaches urbanos están mostrando señales tempranas de domesticación.
Investigadores de la Universidad de Arkansas encontraron que los mapaches que viven en ciudades tienen hocicos más cortos, un rasgo asociado al “síndrome de domesticación”. pic.twitter.com/IQjoJq88GW
— Informa Cosmos (@InformaCosmos) November 17, 2025
“Una característica de los humanos es que, dondequiera que vamos, generamos mucha basura”, explica Raffaela Lesch, bióloga de la Universidad de Arkansas en Little Rock y coautora del estudio.
“Los desechos funcionan como un recurso abundante para la fauna urbana, pero solo los animales que logran equilibrar audacia y docilidad pueden aprovecharlo sin volverse una amenaza para las personas”, añadió.
“Si un animal vive cerca de los humanos, tiene que comportarse lo suficientemente bien”, señala Lesch. “Esa presión selectiva es bastante intensa”.
Los paralelos con perros, gatos y otros animales domesticados
Los investigadores recuerdan que los primeros perros se acercaron a los asentamientos humanos atraídos por los basureros, mientras que los gatos lo hicieron por los ratones congregados en torno a los desperdicios.
A lo largo del tiempo, los individuos menos temerosos tuvieron más éxito al alimentarse cerca de los humanos, heredando esta conducta “no reactiva” a su descendencia.
Desde el siglo XIX, Charles Darwin ya había observado que animales domesticados tienden a compartir rasgos como hocicos cortos, orejas caídas, cabezas más pequeñas o manchas blancas en el pelaje. A este patrón se le conoce como síndrome de domesticación.
No obstante, fue hasta 2014 cuando un equipo de biólogos evolutivos propuso una teoría integradora: muchos de estos rasgos se originarían en mutaciones que afectan las células de la cresta neural durante el desarrollo embrionario.
Estas células participan en la formación de estructuras como el cartílago de las orejas, los pigmentos del pelaje y también en la respuesta al miedo.
De acuerdo con la hipótesis, una menor proliferación de estas células generaría características como hocicos más cortos, menos pigmentación y una actitud menos temerosa, rasgos que facilitarían vivir cerca de humanos.
El estudio con 20 mil fotografías de iNaturalist
Para probar si este síndrome puede observarse en tiempo real, Lesch y un equipo de 16 estudiantes recopilaron cerca de 20,000 imágenes de mapaches en todo Estados Unidos, recogidas por usuarios de iNaturalist.
Sus resultados indican que los ejemplares urbanos presentan un hocico 3.5% más corto que los de áreas rurales. Los hallazgos coinciden con estudios previos en zorros y ratones que viven en ciudades.
1/2 Los mapaches se están domesticando solos
Han estudiado fotografías de iNaturalist de campo y ciudad, y los mapaches de ciudad tienen el morro un 3,56 % más corto en proporción con el cráneo. Esto podría indicar un síndrome de domesticación.
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— Tay (@BioTay) November 16, 2025
Para Adam Wilkins, biólogo de la Universidad Humboldt de Berlín y primer proponente de la hipótesis de la cresta neural (aunque no participó en esta investigación), estos patrones:
“Indican que una vez que los animales salvajes comienzan a pasar tiempo cerca de las personas, se vuelven un poco menos temerosos y tal vez incluso comienzan a mostrar signos físicos del síndrome de domesticación”.
¿Qué sigue para la investigación?
Lesch planea profundizar en este fenómeno mediante estudios genéticos o análisis de hormonas del estrés en mapaches urbanos y rurales. El equipo también quiere determinar si la tendencia ocurre en otras especies urbanas como armadillos y zarigüeyas.
“Me encantaría dar esos siguientes pasos y ver si nuestros mapaches de basura en el patio trasero son realmente más amigables que los del campo”, afirma la investigadora.
El estudio concluye que los mapaches norteamericanos, ampliamente distribuidos en Estados Unidos y presentes tanto en áreas urbanas como rurales, son un modelo excelente para estudiar cómo los entornos humanos influyen en rasgos fenotípicos.
Los autores subrayan que sus resultados son relevantes para el debate sobre el Síndrome de Domesticación de la Cresta Neural.
Representan una oportunidad única para observar posibles patrones de domesticación temprana en una especie que aún no ha sido domesticada y que no presenta riesgo de hibridación con otras especies domesticadas.




