Manuel Lepe: El pintor naif que inmortalizó la esencia de Puerto Vallarta
En el rincón costero de Puerto Vallarta, nació un gran artista cuyo legado pintó colores vivos y tradiciones arraigadas en lienzos que viajaron por todo el mundo. Manuel Lepe, nacido el 17 de abril de 1936, se convirtió en un embajador del arte naif, dejando una huella imborrable en la historia del pintoresco puerto mexicano.
La particularidad de Manuel Lepe fue su forma de llevar a todo el mundo la belleza innata de Puerto Vallarta. Su obra, que incluye más de 2500 cuadros, son reflejo puro y sincero de la vida cotidiana en su pueblo. Se ha dispersado por todo el globo, encontrando hogar en las manos de personalidades como fueron Elizabeth Taylor, Ronald Reagan, la Reina Elizabeth II y John Huston. ¿Qué es lo que captura la atención? La respuesta es su estilo naif y cómo logra capturar momentos etéreos de su entorno.
La infancia mágica de Manuel Lepe en Vallarta
La esencia de Puerto Vallarta se arraigó en la mente infantil de Manuel Lepe, conocido cariñosamente como “Lepe”. En la década de 1940, el lugar era un paraíso ingenuo de su futuro turístico. Aquel Vallarta formaba una gran familia, una sociedad fuerte y solidaria, es en este ambiente que Manuel Lepe arraigó sus tradiciones, juegos, formas y colores, traduciéndose en un mágico fulgor con cada pincelada.
Manuel Lepe logró destacar en el mundo del arte gracias a su honestidad y a su uso maestro del color, sin haber adquirido educación formal en arte más allá de los primeros años de la escuela primaria. Sin embargo, esta falta de formación académica no frenó su pasión por la pintura. Lienzo tras lienzo, cuadro tras cuadro, Lepe regaló a Puerto Vallarta el tesoro que había recibido en su niñez.
El éxito de un pincel autodidacta en el arte naif
Las obras de Lepe dejaron un impacto profundo en la historia del arte mexicano. El presidente Luis Echeverría Álvarez lo bautizó como “El pintor de México”, mientras que el maestro Carlos Munguía Fregoso lo llamó “El pintor de Vallarta”. Las palabras de John Huston y Peter O’Toole dieron testimonio de la habilidad de Lepe para tocar el corazón de las personas con su arte lleno de inocencia y alegría.
La autenticidad del espíritu naif radica en la forma en que estos artistas perciben la vida y sus emociones.Los detalles meticulosamente pintados son más que meros adornos; son destellos de la vida que palpita y fluye a través de sus obras.
No se limitó a Puerto Vallarta; su arte conquistó la escena internacional del arte naif. Sus obras se incluyeron en el Directorio Francés de “Pintores de este siglo”, un logro que marcó su prominencia en la comunidad artística mundial. A lo largo de su carrera, Lepe presentó más de cuarenta exposiciones, algunas de las cuales atrajeron a más de un millón de visitantes, como la celebrada en el Museo de Arte y Ciencia de Los Ángeles en 1979.
El legado perdurable de Manuel Lepe en Puerto Vallarta
El reconocimiento de Manuel Lepe como “Hijo Predilecto de Vallarta” por el Honorable Ayuntamiento en 2010 reflejó su profundo impacto en la ciudad que tanto amaba. Su nombre se inscribió en la lista de hombres ilustres de Puerto Vallarta en la Enciclopedia de los Municipios de México. A través de su arte, llevó la esencia de su hogar a todo el mundo, dejando un legado de alegría, color y pasión.
Sus obras a menudo presentan ángeles y niños, capturan la inocencia y la alegría que define su amada ciudad. En palabras del propio Lepe: “pinto ángeles porque Puerto Vallarta es un paraíso, pinto niños porque solo quieren jugar y ser felices”. Dejó un legado artístico que no solo capturó la esencia de Puerto Vallarta, sino que también dejó una marca indeleble en la historia del arte naif. A través de su visión sincera y su conexión con la ciudad que amaba, Lepe nos recordó la belleza simple, pero profunda de la vida cotidiana.
Indudablemente, su talento innato, su estilo naif y el amor por su ciudad natal se entrelazaron en cada obra, creando un legado que sigue vivo en los corazones de quienes valoran la belleza de la sencillez y la alegría de la vida cotidiana. Su habilidad para pintar sueños y hacerlos tangibles en cada lienzo lo convierte en un verdadero embajador del arte, el color y la magia.
En la Presidencia Municipal se encuentra un mural que diseñó, también las tan fotografiadas maxiletras de Puerto Vallarta en el malecón están inspiradas en sus pinturas, al igual que un vitral frente a la Plaza de Armas y un azulejo en el malecón atrás del Museo Naval, así como alegorías que pintó su hija Marcela en los pilares del puente sobre el río Cuale.