Manteniéndolo Simple

0
145

Foto: MIlenio

En estos ocho meses hemos aprendido a convivir con una realidad amenazante y omnipresente. Se han generado toneladas de información entre las que en ocasiones es difícil detectar cuál es verdad y cual mentira. Teorías conspirativas, supercherías, alocadas hipótesis y soberbia intelectual se mezclan con la información fidedigna, producto de estudios serios. La única verdad es que ignoramos el origen del Sars Cov 2 e ignoramos también cuándo terminará el flagelo; en una palabra, y como decía la canción, ignoramos qué será de nuestras vidas.

No hay peor virus que el virus del miedo, lo cual no significa que debamos envalentonarnos; al contrario, actuar con prudencia, cautela y rigor, sin caer en la histeria, la hipocondría o la paranoia. Y nunca permitir que nos paralice el terror.

A lo largo de estos meses ha sido posible obtener algunas directrices más o menos claras: la limpieza, la asepsia, la higiene, el constante lavado de manos, el uso de gel antibacterial, el cubrebocas, la sana distancia, una alimentación adecuada, un estado de ánimo alejado del estrés; en fin, una vida más sana es lo único que a ciencia cierta puede ayudarnos a evitar ser tumbados por la infección.

De igual manera, han surgido por parte de los expertos algunas recomendaciones, también muy básicas pero no por ello menos vitales, para algunas de las actividades que estábamos acostumbrados a realizar; por ejemplo:

Viajar a la Playa: Esta actividad puede ser segura, dependiendo de cómo se haga. Por lo general los resorts han adoptado rutinas y protocolos de sanitización que garantizan al menos una esmerada limpieza en sus cuartos e instalaciones, los camastros alrededor de las albercas se encuentran distanciados y al aire libre; también la playa es uno de los espacios más seguros para divertirse, siempre y cuando no esté abarrotada, y en muchos hoteles se puede comer también al aire libre o en la habitación, lo cual es más seguro.

Emprender caminatas, montar en bicicleta, hacer esnórquel, jugar volibol son actividades de muy bajo riesgo, eso sí, se recomienda evitar el gym.

La situación se complica cuando se quiere ir a un destino de playa para visitar los antros, centros nocturnos, discotecas, bares o restaurantes en espacios cerrados. Esto y los medios de transporte son el principal riesgo potencial para el viajero. Si puedes elige tu destino de playa de modo tal que puedas trasladarte hasta ahí a bordo de tu propio vehículo. Un trayecto en carretera solo o en compañía de la gente con la que cohabitas diariamente es la forma más segura de viajar. De momento habría que pensársela dos veces antes de subirse a un avión o a un autobús de pasajeros.

Ir al Súper: En este caso cobran especial vigencia los principios de espacio, aglomeración y tiempo de exposición. Escribe una lista previa con todo lo que debas de comprar, así evitarás ir deambulando con tu carrito por los pasillos viendo qué necesitas; procura ir en las horas de menor concurrencia, evita los días de quincena o las tardes de los fines de semana.

En algunos supermercados solo se permite el acceso a una persona, pero en caso de que puedan entrar dos, dejen el carrito en un punto equidistante y dividanse la lista para surtir, de manera rápida y eficaz, todo lo que necesitas.

Evita charlar al interior del establecimiento y sólo habla para lo estrictamente necesario; puede parecer trivial, pero si multiplicamos estas medidas por las decenas de clientes que pululan en los pasillos tendremos menos oportunidad de encontrarnos con algún virus flotando en el ambiente.

En síntesis, procura estar en el supermercado el menor tiempo posible; al llegar a casa, después de lavar tus manos y, si puedes, cambiar de atuendo, dale una limpiada a la mercancía a la que sea posible hacerlo.

Salir a Comer: Mismo caso: un estudio hecho en Japón calcula que el riesgo de contagio es ¡19 veces! más alto en un lugar cerrado que al aire libre. Si sales a comer o a tomar un café, o una cerveza con alguien procura que sea en esos que tienen mesas al aire libre, y evita que el mesero hable sobre ti, sobre los alimentos o sobre la mesa en general, aunque porte cubrebocas.

Muchas ciudades han reabierto los cines, galerías y museos. Para ir a estos sitios piénsatela bien. Si puedes evitar el transporte público hazlo, realiza tus operaciones bancarias vía electrónica para no meterte a una sucursal, y en los edificios usa las escaleras en vez del elevador, pide tu comida a domicilio a recógela en la ventanilla de servicio al auto.

No hables, tosas o estornudes cerca de nadie ni permitas que nadie lo haga cerca de ti o los tuyos, y finalmente infórmate y actualízate en fuentes confiables. Mantente al tanto de la situación pero no dejes que se apodere de tu mente. Y vive y ama cada día como si fuera el último. Tal vez así sea.

 

 


Te puede interesar: Los mayores de 100 años que vencieron al covid-19 en México