Lupita Falcón empleada temporal para limpiar playas
En tiempos de lluvia es cuando más basura llega a las 16 playas del municipio, viéndose el Ayuntamiento en la necesidad de contratar más personal eventual, entre ellos está doña Guadalupe Falcón, quien es parte de las cuadrillas que a diario recorren la franja costera para recoger los desechos.
Son intensas las jornadas, ante la inconsciencia de la ciudadanía y visitantes que atentan contra el entorno ecológico.
Después de las tormentas, la crecida de ríos deja una huella sucia en el mar y playas de Puerto Vallarta.
Tiene 49 años de edad; ante el cierre de su fuente de trabajo por la contingencia sanitaria del coronavirus, escuchó del programa de empleo temporal y acudió a la presidencia, donde salió beneficiada.
Se dedicaba a la limpieza de condominios, casas y oficinas, pero ante el recorte de personal, solo le dejaron un día por semana:
“Yo me acerqué al gobierno, por la necesidad que tuve para ingresar a trabajar, afortunadamente se me dio la oportunidad, estoy muy agradecida”
Así fue como de manera abrupta, cambió las oficinas y departamentos, para estar ahora bajo los rayos del sol y el calor.
Esta drástica y nueva situación la canalizó en algo positivo, viendo una oportunidad de contribuir a la naturaleza y una mejor ciudad.
Ahora está asignada al área de Aseo Publico, no se apena, con orgullo dice:
“Nos toca venir a limpiar playas, ríos… lo hacemos con gusto, es una labor de grandes satisfacciones, Es una labor tan maravillosa, es concientizar a la gente también”, ponderó.
Se siente satisfecha de contribuir en dar una mejor cara al destino, tanto a los turistas como locales.
Con mucho ánimo se le puede mirar juntando plásticos, botellas, latas, palizada y todo lo que ensucia nuestra costa.
Fue contratada por tres meses, gana $1,600 pesos quincenales, con horario 8:00 de la mañana a 12:00 del mediodía, “Donde el tiempo pasa volando, y cuando se hacen las cosas en equipo y con gusto, tienes buenos jefes, es una maravilla”.
Doña Lupita nos compartió su historia de vida, donde la pandemia cambió su oficio, y le abrió el panorama para fomentar la conciencia del cuidado al medio ambiente.