Luisa María Alcalde y el regreso del partido de Estado: MORENA es la viva imagen del viejo PRI

Se ha instalado en México otra vez un partido hegemónico que controla todas las esferas de poder
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En un escenario que recuerda a los tiempos del PRI, más de mil 500 militantes de MORENA se reunieron en San Martín de las Flores, en Tlaquepaque, para apoyar a Luisa María Alcalde Luján, secretaria de Gobernación, como candidata a la dirigencia nacional del partido oficial.

El evento, convocado por la presidenta municipal electa, Laura Imelda Pérez Segura, reunió a figuras clave del partido, entre ellas diputadas, diputados y presidentes municipales.

Lo que aparenta ser un acto legítimo de respaldo, también evidencia una estrategia que utiliza el poder del gobierno federal para consolidar el control total del Estado.

Alcalde Luján, al igual que en los viejos tiempos del PRI, está utilizando su posición de privilegio en el gabinete para aspirar a un nuevo nivel de poder dentro de su partido, consolidando la omnipotencia de MORENA en las estructuras del poder. Todo ello bajo la batuta y dirección del titular del poder ejecutivo.

La renovación de la dirigencia, que tendrá lugar el 22 de septiembre, no es más que un paso hacia la instalación definitiva de un partido de Estado que domina todas las esferas del país.

“Los sueños se construyen y se lucha por hacerlos realidad”, señaló Laura Imelda Pérez Segura, destacando el liderazgo de Claudia Sheinbaum y de otras mujeres transformadoras como Alcalde.

Sin embargo, esta lucha por los “sueños” parece cada vez más una maniobra para reforzar el control absoluto de MORENA sobre el aparato gubernamental. La “revolución de las conciencias”, de la que tanto se habla, suena más a un eslogan de control ideológico que a una verdadera transformación.

Con una clara reminiscencia al control absoluto que ejercía el PRI sobre el poder ejecutivo, legislativo y judicial en los años setentas, MORENA proyecta a una de sus figuras más importantes a dirigir el partido oficial. Éstos son, otra vez, los tiempos de la cargada.

Luisa María Alcalde, quien debería estar enfocada en los asuntos de Estado desde su puesto en la Secretaría de Gobernación, está destinando tiempo y recursos a una campaña interna para afianzar su poder en el partido.

Esto pone en tela de juicio la separación de funciones y la ética de una administración que prometió cambiar la vieja política, pero que está clonando los mismos patrones.

No. No es una casualidad. Todo está fríamente planeado y ejecutado.

El evento, además, mostró la cohesión interna del partido, esa que se sostiene con base en intereses, componendas, privilegios y negociaciones.

Con la presencia de diputados federales y locales, como Favio Castellanos, Marcela Michel, Bruno Blancas y otros nombres importantes se retoma la vieja escuela de adhesión en masa. del besamanos y la unción del gran Tlatoani. Esta vez personificado en una mujer.

Es el regreso de los liderazgos invencibles. Todo huele a viejo aunque las personas que hoy encabezan estos movimientos sociales pertenezcan a la generación Millennial.

La historia nos dice que esta unidad es sólida.
Sin embargo, no parece ser más que el reflejo de una maquinaria partidista bien aceitada, que poco a poco absorbe todo a su paso, desde los municipios hasta el Congreso, el Ejecutivo y el poder judicial.

Lo que hace unos años parecía ser parte de la historia del México político, hoy vuelve a la escena con más fuerza.

MORENA, al igual que el PRI en sus mejores tiempos, sigue consolidando su control en todos los niveles del gobierno, y con Luisa María Alcalde al frente, el partido de Estado parece estar más cerca de convertirse en una realidad incuestionable.

jb

Hugo Lynn