Los otros muertos de México
El viernes falleció en un hospital de la CDMX un hombre de 74 años, profesor universitario con 45 años de servicio en las aulas de la Facultad de Odontología de UNAM. No tenía coronavirus (es lo primero que preguntan), murió por inflamación en la vesícula.
¿Cómo es esto posible si cuando se llega a tiempo se procede a extirpar el órgano mediante una cirugía poco invasiva? Sucedió porque los protocolos de atención hospitalaria le exigían una prueba de Covid y, mientras llegaba el resultado, lo enviaron a casa con medicamento.
Dos días después, con el resultado negativo en mano, su cuerpo no resistió más y falleció en la sala de urgencias.
Así como él, miles han muerto en México y muchos más morirán ante la falta de atención oportuna. Se han dejado de diagnosticar miles de nuevos casos de enfermedades que van desde VIH, tumores, depresión, desnutrición, entre muchas otras. Desde hace casi un año se han dejado de atender enfermos de parkinson, con insuficiencia cardiaca o renal, etc.
Animal Político publicó en septiembre de 2020 que durante los primeros 6 meses del año 1.5 millones de mexicanos dejaron de recibir atención médica en hospitales públicos, derivado de la reconversión hospitalaria.
Según cifras de la Secretaría de Salud, se registró la reducción de 36% en la atención del área de urgencias en 27 entidades durante el mismo periodo, además, la atención a pacientes con cáncer se redujo casi un 60%, los exámenes de laboratorio también disminuyeron más de un 60%, sólo por mencionar algunos casos.
No me queda claro cuáles deban ser los protocolos que garanticen la salud de los 120 millones de personas que habitamos en México. Tampoco tendría por qué saberlo, no soy experta en eso, lo que me queda clarísimo es que los que sí son expertos tampoco lo saben. Están desbordados.
Se contabilizan los infectados y muertos por Covid-19, no los millones de pacientes que han dejado de recibir atención médica o los que han muerto por otras enfermedades en medio del caos de los protocolos en los hospitales.
Antes de la pandemia el sistema de salud en México ya era un lío, había problemas internos en la Secretaría de Salud, faltaban medicamentos y médicos, el pleito del Insabi… Ahora, a casi un año de la llegada del coronavirus, en muchas regiones de México no se ve un panorama favorecedor, la pandemia nos ha puesto contra las cuerdas.
El gobierno tiene un serio problema, aunque se empeñen en negarlo. Pero nosotros, los ciudadanos, tenemos un enorme compromiso que más nos vale ir tomando en serio.
La vacuna ya está en México, pero faltan muchos meses, si no es que años, para que logre llegar a todos.
¿Qué nos queda? Cuidarnos. Atender ya las recomendaciones. No importa si no nos pasa a nosotros o le pasa a alguien cercano.
Las redes sociales están plagadas de esquelas y condolencias. ¿Qué estamos esperando? En estos tiempos está prohibido enfermarse.