Los mercenarios del odio andan sueltos
La oposición tiene rato construyendo un discurso de una trayectoria peligrosa que no es nada ingenua. Es el discurso para el cual la movilización del odio es fundamental. Gestionar los miedos colectivos se vuelve indispensable para un sector de la población que intenta un día sí y el otro también, desestabilizar al gobierno federal para mantener el estatus quo que construyeron desde la necropolítica nacional.
Los miedos colectivos que han emanado de la actual pandemia no son menores, y se vienen a sumar a los producidos por la desesperanza que se abrió con la crisis financiera de 2008. Es decir, el colapso del neoliberalismo ha provocado un sentimiento colectivo de desamparo.
La individualización extrema a la que acudió el libre mercado está dejando resultados emocionales cada vez peores, basta ver el odio que circula a diario por las redes sociales para dar cuenta de ello.
La matriz de opinión que, vale la pena decirlo, desde la derecha pro golpista se desarrolló, tiene varios elementos con diferentes actores que actuan sobre un mismo objetivo social: manipular desde la desinformación a través del miedo y el odio.
El reconstruir las instituciones es un reto mayúsculo para cualquier país democrático, más aún, cuando éstas han sido atravesadas por el autoritarismo del neoliberalismo, que las despojó de su función primordial, que es la de proteger los derechos de la sociedad.
Es por elllo por lo que en la actualidad, en plena salida de la segunda ola por Covid-19, que dejó el mayor número de muertos en México (y en el mundo), la apuesta por el fracaso del plan de vacunación -lo que también llevaría a torpedear los esfuerzos del país por conseguir más vacunas-, para desde ahí, modificar la correlación de fuerzas en el Congreso de la Unión forma parte ya, de un proceso inserto en una guerra de cuarta generación.
Para ello avanzaron en una línea argumental bastante grotesca, y quien se atrevió a eso fue la Dra Laurie Ann Ximénez-Fyvie, odontóloga de la UNAM y egresada de Harvard, al comparar la estrategia del manejo de la pandemia mexicana con las técnicas del nazismo.
Sin mediación alguna, porque no es posible, esta identificación entre López Gatell y Josef Mengele, el doctor que experimentaba con judios en campos de concentracion nazi, intenta inducir un temor a la población, que presuntamente estarían siendo objeto de una manipulación a gran escala para experimentar con ellos. Es decir, la cuarta transformación tendría un propósito de extermino social dentro sus políticas públicas.
Una vez que han dispersado este recurso, han generado la idea de que existe un caos producido por la falta de una mano firme que ponga orden. Es más, en este caos, de nueva cuenta la comparación del nazismo sale a flote como la que hizo Ruben Águilar, ex vocero de Vicente Fox, al decir que lo habían marcado con un plumón para poder obtener una vacuna.
Recientemente granjas de Bots colocaron un hastag que apuntaba a mantener la identificación entre autoridad federal con autoritarismo del exterminio. El hastag era #AMLOcausto, que hace referencia al holocausto judío, estaríamos viviendo desde esta óptica una especie de extermino llevado a cabo por la actual administración.
Sin ningún respeto por la memoria del pueblo judío estas comparaciones impensables dentro de la Unión Europea, ya que su legislación lo prohibe, en Twitter México son pan de cada día.
Introducir la desconfianza en la población de forma sistemática, no requiere de un solo actor, requiere de una serie de voces que pueden actuar coordinadamente o no, ya que el objetivo primordial es la debiltiación de las instituciones para producir estallidos sociales.
En ese sentido la participación del INE es fundamental, al querer insistentemente torpedear los registros que se pudieran dar de los adultos mayores y con ello proporcionar mayor certeza al orden establecido por los gobiernos tanto federales como estatales y municpales, es más, mantiene una campaña sistemática para golpear al gobierno federal por hacer uso electoral de la misma, cuando no se ha dado ningún elemento que demuestre tal situación. La politización de la vacuna por el arbitro electoral para privilegiar el discurso de la oposición es delicado.
Si uno voltea a ver el escenario que han creado estimulando la psicosis social respecto de las vacunas, podemos observar diferentes tipos de respuesta dentro de la sociedad mexicana.
Por un lado, está aquella que ha decidido establecer una desobiencia civil y pararse en centros de vacunación en los pueblos y saltarse la fila. Es decir, desafían al gobierno federal y su estrategia, porque lo que importa es su necesidad en términos individualistas, esto sucedió con un sector de la población en colonias de alto ingreso social que acudieron a centros de vacunación que no les correspondían.
De igual forma, se está dando el mal llamado turismo de vacunas hacia los pueblos más pobres. Tienen pues, un coraje por no haber sido los primeros en la lista, y la derecha hace uso de éste para que sigan generando este tipo de acciones.
Otro efecto que han provocado, es que justo a juego del whatsapp han logrado generar una cantidad de discursos conspiranoicos, en donde la vacuna sería parte de una estrategia de control disciplinario social, esto ha llevado a varios pueblos como Maravilla Tenejapa, sobre todo en el sur del país a rechazar su aplicación, y tomar medidas si llegase cualquier persona a intentar realizar la campaña de vacunación.
Uno de los efectos más preocupantes acaba de aparecer en el escenario social, y es que la estimulación del miedo está dando resultados, así se puede percibir en el primer bloqueo de avenidas para exigir vacunas en el municipio de Ecatepec, Estado de México. Aún no han dado el paso para un estallido violento, pero entre más odio se inyecte a los conjuntos sociales las posibilidades crecen.
FRENAAA ha dejado de ser un pequeño grupo aislado, fue el huevo que está anidando la serpiente. Sus expresiones irracionales como la de que vivimos en una dictadura y que estamos en un peligro inminente y que por tanto hay que actuar en consecuencia, parecen ser hoy en día las directrices que han tomado varios actores con mucha irresponsabilidad política.
Los mercenarios del odio andan sueltos, la sociedad organizada debe asumir este tramo tan complejo por el cual estamos atravesando.