Panteonero del 5 de Diciembre vio a “La Aparecida”, narra la terrorífica experiencia
Una de las leyendas más arraigadas en Puerto Vallarta es la de una mujer que se aparece y entra al viejo cementerio de la colonia 5 de Diciembre. Uno de los que dice haberla visto es el señor Norberto Jaimes Román, encargado de este panteón municipal, quien narró para las cámaras de CPS Noticias-Tribuna de la Bahía su terrorífica experiencia.
Este fenómeno paranormal tiene un antecedente histórico, el mismo cronista de la ciudad, Manuel Gómez Encarnación, consignó que en 1951 se estrenó este panteón en el oriente de la ciudad, donde ahora inicia la calle de San Salvador.
Cuando el espacio del viejo cementerio del Parque Hidalgo empezó a ser requerido para nuevas obras, entre ellas el Centro de Salud y la Iglesia de Nuestra Señora del Refugio, los vallartenses se vieron en la necesidad de trasladar los restos de sus difuntos al nuevo camposanto, sin embargo, algunas osamentas quedaron por siempre en el lugar.
Cuenta la gente que por las noches obscuras se aparecía una mujer que hacía el recorrido a pie, del viejo al nuevo cementerio. También se decía que solicitaba el servicio de transporte a los pocos choferes de taxi que entonces había. Los que la veían, afirmaban que la mujer levitaba y se perdía al atravesar los muros del Panteón 5 de Diciembre.
Don Norberto le tocó sentir su presencia hace unos meses, sin precisar la fecha, a las 12:30 del mediodía, en un día normal de trabajo:
“Por acá en el área de la manzana B, como a la mitad del panteón, me tocó ver a una mujer muy bonita, con vestido largo de manta blanca, con holanes floreaditos, de pelo negro rizado, la vi sentada sobre una tumba, yo andaba haciendo labores de limpieza y en una de esas di unos arañazos para juntar la basura y cuando volví a mirar ya no estaba la dama, pensé que había ido con un albañil que estaba cerca trabajando construyendo una cripta y que le traía comida, pues era la hora de comer, fui con él le platique del hecho y me dijo que no tenía esposa y que nadie le traía de comer, pues era de Querétaro y estaba solo en Vallarta”.
Ante la sorpresa e incredulidad llevó al albañil a la tumba de granito donde había visto a la mujer, para entonces ya sentían cierto miedo:
“En cuanto yo llegue y toque la tumba, le dije mira aquí estaba, pero la tumba estaba bien helada al mediodía, fría, fría, como si hubiera estado en una recamara de refrigeración, al tentón luego luego sentí la vibra, pero me encomendé a Dios padre Jesús, le dije tu no me vas a espantar…el albañil también la agarró y me dijo que estaba muy helada, alrededor se sintió el lugar medio pesadito, a mi no me dio miedo, al albañil si porque en ese momento agarro sus cosas y se fue, ya no regresó”.
Contó que de pronto se siente el ambiente pesado en algunas partes del cementerio, sobre el caso de la mujer aparecida ha reflexionado y piensa que quizá la trajeron contra su voluntad o no la visitan:
“Los que ya saben bien de ella me han contado eso, y quizá por eso hace sus apariciones. Hay una anécdota, que abordó un taxi como a las diez de la noche, que se bajó sin abrir la puerta del carro, el chofer vio como atravesó esta puerta del panteón cerrado con candado”.
También dice que ha escuchado jugar a unos gemelos, sepultados en una esquina.
EU