El diablo de Los Arcos: leyenda de Mismaloya, Puerto Vallarta
El relato narra la historia de unos jóvenes aventureros que decidieron cruzar Los Arcos en una lancha, a pesar de ser de conocimiento general que quien intentara cruzar por el centro sería abatido. Sin importarles, se envalentonaron para hacerlo, sin darse cuenta de una ola de tamaño colosal que los atacó por descuido, destruyendo su panga y dejándolos a merced del oleaje.
Los jóvenes luchaban por sus vidas mientras el océano violento los estrellaba repetidamente contra las rocas. Con todas sus fuerzas, lucharon contra el inminente ahogamiento, llegando a sentir que no sería posible escapar de esa aventura fatal.
Entonces, al estar cerca de ahogarse, sintieron un pavor tan profundo a la muerte que se dispusieron a rezar con una fe ciega, encomendándose a la divinidad y orando con las pocas fuerzas que les quedaban.
El milagro de la cruz en la bóveda de Los Arcos
Como un acto de iluminación, un cardumen de peces Ángel apareció, y los jóvenes decidieron seguir el curso de los peces para escapar de la bóveda de Los Arcos. Mientras seguían la dirección de estos peces, emergieron a la superficie y avistaron una cruz blanca que había aparecido en el techo de la bóveda.
Conmocionados por este hallazgo, los jóvenes agradecidos atribuyeron este evento de salvación a una intervención divina. Con ánimo, se dirigieron hacia la costa para buscar ayuda, cuando de repente, al mirar hacia atrás, se toparon con una figura espeluznante.
Encuentro con lo siniestro
Aturdidos por el pánico, los jóvenes contemplaron una pintura de color rojizo cuyo trazo semejaba la silueta del mismísimo diablo, con largos cuernos, mientras que su mano alzada parecía despedir a los visitantes, dándoles la bienvenida al inframundo.
Al sentir la presencia del maligno, intentaron huir despavoridos hacia tierra, aunque esta tarea no sería sencilla, ya que el mar, ahora embravecido, intentó detener sus planes. Sin embargo, sus esfuerzos dieron frutos y los jóvenes llegaron finalmente a la playa, alentados por la aparición de la cruz.
La playa de la salvación y las marcas de lo maligno
Al llegar y sentirse liberados de una muerte diabólica, se observaron mutuamente y notaron que estaban completamente cubiertos de arañazos y raspones. Aun con el miedo aún latente, atribuyeron sus heridas al poder maligno y su salvación al poder divino.
Esta leyenda es ampliamente conocida en la bahía y entre todos los turistas que visitan el Parque Nacional de Los Arcos, ya que los tours cuentan esta historia durante su recorrido.
*Con información de Ventura García Castillo