Las Pilitas de Puerto Vallarta: más que rocas, un testigo del pasado
En el corazón de la Zona Romántica de Puerto Vallarta se encuentra un lugar que ha sido testigo de la evolución de la ciudad a lo largo de los años. Se trata de Las Pilitas, un grupo de formaciones rocosas que se alza majestuosamente en el lado sur de Playa Los Muertos, un rincón paradisíaco que ha sido testigo de momentos históricos y alberga una obra de arte emblemática que cautiva a locales y visitantes por igual, además que ha sido un sitio de paseo y esparcimiento desde los primeros pobladores.
¿Por qué se llama ‘Las Pilitas’?
Las Pilitas, cuyo nombre se traduce como “fuentes bautismales”, debe su denominación a las numerosas rocas y charcos que, en el pasado, creaban una cuenca de agua de mar en este lugar. A medida que el tiempo avanzaba y la arena se acumulaba, así como por la erosión al golpe de las olas, estas rocas se volvieron menos visibles, y su nombre perdió su conexión evidente con su nombre. Sin embargo, hoy en día, Las Pilitas es más conocido por ser el hogar de la escultura del Caballito de Mar.
El legado histórico en Puerto Vallarta
El Profesor Carlos Munguia Fregoso, segundo cronista de Puerto Vallarta, nos transporta a los días pasados en los que Las Pilitas y la Playa Los Muertos eran el epicentro de la actividad portuaria de la ciudad. En el siglo pasado, estas arenas finas fueron el punto de partida para el embarque de metales provenientes de las minas de Cuale y San Sebastián. El “oro del Mineral”, como se conocía a este valioso cargamento, era transportado desde tierra firme hasta Las Pilitas, donde esperaba a los barcos que lo llevarían hacia su destino.
Sin embargo, la historia de Las Pilitas no se limita solo a la minería y la carga de metales preciosos. Este lugar se convirtió en el hogar de una icónica escultura de bronce que ha dejado una huella imborrable, pues su postal dio la vuelta al mundo: el “Caballito de Mar” de Rafael Zamarripa, conocido como “El Niño sobre el Caballo de Mar”. Esta conmovedora representación de un niño pequeño montado en un caballito de mar se ha convertido en uno de los símbolos más queridos de la ciudad, instalado
El naufragio del buque de guerra
En un giro inesperado de la historia, Las Pilitas también albergó los restos de un buque estadounidense de la Segunda Guerra Mundial. El buque de desembarco, conocido como LST (Landing Ship, Tank), encalló en estas rocas tras la guerra. Aunque no hubo operaciones militares en la bahía, los barcos patrulleros costeros de los Estados Unidos patrullaban la zona para detectar posibles submarinos japoneses debido a la proximidad del Golfo de California. El LST nunca fue rescatado y, con el tiempo, la arena, la sal y la acción del mar lo cubrieron hasta que desapareció por completo, convirtiéndose en parte de la historia de Las Pilitas.
El ‘Caballito de Mar’ perdido
La historia de esta estatua emblemática tiene un giro adicional. La obra original de Rafael Zamarripa fue colocada en Las Pilitas en 1968, pero después de una fuerte tormenta, se perdió en el mar. Sin embargo, el espíritu perseverante de la comunidad la llevó de vuelta a su lugar de origen en 1989, y en 1976, una nueva versión se erigió en el Malecón de Puerto Vallarta, donde sigue siendo una atracción popular hasta el día de hoy. La escultura original fue finalmente recuperada y ahora se encuentra exhibida nuevamente en Las Pilitas, un recordatorio conmovedor de la resiliencia de esta comunidad.
Las imágenes históricas de Las Pilitas, que datan de décadas pasadas, revelan la evolución constante de esta área. En algunas fotos, vemos numerosas rocas emergiendo, mientras que en otras, la arena prácticamente las cubre por completo.
Las playas son entidades cambiantes, sujetas a las fuerzas de la naturaleza. Tormentas pueden despojarlas de su arena, y tiempos de calma pueden traerla de vuelta. Sin embargo, afortunadamente, el Caballito de Mar de Las Pilitas sigue siendo un ícono en este rincón especial de Puerto Vallarta.
Si alguna vez te aventuras al sur de Playa Los Muertos, sigue la costa y llegarás a Las Pilitas, donde la historia, el arte y la naturaleza convergen en un lugar único. Las Pilitas no solo es un testimonio de la historia de Puerto Vallarta, sino también un recordatorio de cómo la comunidad puede unirse para preservar su legado y belleza natural.